domingo, 21 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 19 de agosto , domingo ( 2 )

<< Denario >> , entonces , se separó de la muchedumbre y fue a arrodillarse a los pies del Maestro . Y por señas , con lágrimas en los ojos , le dijo que no oía ...
Me aproximé al rabí y le dije :
- Imposible , Señor ... Es sordo de nacimiento .
Jesús se volvió y preguntó algo absurdo :
- ¿ Hipoacusia de transmisión o de percepción ?
- De percepción - repliqué como lo más natural -. El oído interno está desintegrado . Curarlo sería un sueño ...
El Maestro me miró y , en un tono de cariñoso reproche , exclamó :
- Tú , mejor que nadie , deberías saberlo : los sueños se hacen realidad .
Pero , obtuso , insistí:
- ¡ Nadie puede ! El órgano de Corti y las vías neurales están destrozadas ... No te esfuerces . Sólo Dios podría ...
Jesús soltó una carcajada . Y todos le imitaron .
- Es que yo soy Dios - aclaró el rabí -. Yo puedo ... Basta con desearlo . Y ahora lo deseo...
Y al punto , el gentío estalló en un alarido , eclipsando las palabras del Hijo del Hombre . Él continuó hablando , ajeno al alboroto , dándome mil explicaciones sobre la misericordía divina .
Quise adbertirle . << Algo >> increíble acababa de suceder . Los paralíticos caminaban . Los ciegos veían ...
Y << Denario >> , pálido , miraba a todos lados , tapándose los oídos .
¡ << Denario >> oía !
Pero el Maestro , sin reparar en el prodigio , seguía hablando y hablando...
- ¡ Dios mío . grté -. ¡ Esto es un sueño ! ¡ Estoy soñando !
Jesús , entonces , alzó los brazos , pidiendo silencio . La multitud enmudeció .
Sonrió y , colocando sus manos sobre los hombros de este perplejo explorador , comentó :
- No es un sueño , Jasón .
Acto seguido , tomando las hojas de papiro , escribí :
<< Ha curado a cientos ... Hora : las cinco A.M. . El Maestro señaló el << cuaderno de campo >> y puntualizó :
P.M. , Jasón ... Las cinco P.M. El  << sueño >> se ha cumplido a las cinco P.M.
Rectifiqué el error .
- Tienes razón . A.M. es el alba , señor ...
En ese instante desperté .
Alguien , aporreando la puerta de la celda , clamaba a voz en grito
- ¡ Es el alba , señor ...!
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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