domingo, 14 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 18 de agosto , sábado ( 45 )

El gigante , reconfortado ante el insospechado final , reaccionó con idéntica diligencia , restableciendo el orden en la caravana y reemprendiendo la marcha sin demora .
Al perder de vista  el cruce nos detuvimos . El niño había cesado en su llanto y , dócil y complacido , continuó sobre los hombros de mi amigo .
Por prudencia preferí esperar la reata , uniéndonos a los negros de las túnicas granates . El viaje , en compañía , resultaba más agradable y seguro .
El conductor y jefe , más calmado , nos acogió con los brazos abiertos , bendiciendo la hora en la que aquellos griegos se cruzaron en su camino .
Y el individuo amenizó la marcha , contándonos su azarosa existencia . Así supimos que se llamaba Azzam, que en áraba significa << buen hombre >> . Era , en efecto , un beduino , nacido en el desierto del Neguev , al sur de Israel . Durante los años de su juventud fue un gazou , un bravo guerrero , siempre empeñado en razzias o refriegas con otras tribus . Un día lo dejó todo y se dedicó al tráfico de esclavos . Vivió en Egioto y Nubia . Finalmente formó una compañía , especializándose en la elaboración y venta del << vino de enebro >> . Éste , justamente , era el cargamento que transportaba a lomos de los singulares jumentos nubios , una especie hoy desaparecida .
Su intención era llegar a Damasco y vender allí la preciada carga .
Dos horas más tarde , frente a la piedra miliar que advertía de la siguiente encrucijada , optamos por despedirnos , separándonos del lento convoy .
Azzam , que hacía honor a su nombre , nos bendijo , pidiendo a la brillante estrella matutina que guiara nuestros pasos . Nos abrazamos y , antes de partir , el << buen hombre >> nos obsequió con una calabaza vinatera , repleta de aquel brebaje recio y transparente , relativamente parecido a nuestra ginebra . No pudimos rechazarla . Le habríamos insultado .
Curioso Destino ...
Algún tiempo después - en plana vida pública de Jesús de Nazaret - volveríamos a encontrarlo . ¡ Y en qué circunstancias !
Verdaderamente , el mundo ha sido - y es - un insignificante pañuelo ...
Autor : J.J.Benitez

Un abrazo
Antonio Martinez

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