jueves, 11 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 18 de agosto , sábado ( 34 )

Me atrapó.
- Además - añadió , hundiendo el dedo en la delicada llaga - , ¿ quién te dice que nosotros , pobres diablos , sentimentales , somos capaces de modificar el Destino ? Si así fuera , ¿ crees que esta operación habría tenido lugar ?
Y remató convencido .
- No , querido mayor ... Ese Destino , al que tú , ahora , quizá con razón , distingues con una merecida mayúscula , no lo hubiera autorizado ...
Las sensatas y justas palabras me desarmaron . Y pensé en ellas durante mucho tiempo . En aquella operación en efecto , palpitaba << algo >> mágico . << Algo >> misterioso y sublime que , por fortuna , escapó a nuestra percepción . Pero ésta es otra historia ...
Al doblar un recodo , la conversación voló . Y regresamos a la realidad . Frente a nosotros , lenta y cansina , apareció una caravana .
Frenamos la marcha . Aunque no tenía por qué surgir problema alguno , montamos la guardia.
Se trataba de una docena de redas , enormes y pesados carros de cuatro ruedas , tirados por mulas agotadas y resoplantes.
Nos echamos a un lado .
Los caravaneros , semidesnudos , tocados con blancos turbantes y armados de palos y largos látigos de cuero , castigaban sin piedad a las bestias , forzándolas a avivar el paso . Por los gritos  y juramentos deduje que estábamos ante una cuadrilla de tirios . Hablaban una jerga indescifrables para quien esto escribe .
A cada golpe , las caballerías respondían con un nuevo esfuerzo . Pero las pesadas cargas , el piso suelto y granulado y , sobre todo , la violencia del sol , las sofocaban a los pocos minutos , haciéndoles temblar y tambalearse . Y los cinco o seis fenicios , más brutos si cabe que las propias mulas , arreciaban en sus blasfemias y latigazos colocando a los exhaustos animales al borde de la muerte .
Eliseo , indignado , miró hacia otro lado.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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