lunes, 8 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 18 de agosto , sábado ( 20 )

Curiosamente , con ninguno de ellos - incluido el sangriento Yavé - era posible el diálogo . Sólo el sumo sacerdote , una vez al año , estaba autorizado a el el << santo de los santos >> e interrogar (?) al temido Dios del Sinaí . Por su parte , entre los paganos , sólo algunas , muy contadas , divinidades menores se hallaban capacitadas para escuchar y trnsmitir las súplicas de los pesimistas e infelices seres humanos . Y , dependiendo del azar y del humor de tales entidades , así discurría la vida de estos hombres y mujeres ...
Creo que , en verdad , no se ha calorado con justicia el inmenso , arduo y revolucionario empeño del Maestro por cambiar semejante estado de cosas .
¿ Difícil ? A juzgar por lo que teniamos ante la vista , la tarea del rabí de Galilea no fue difícil . Yo la calificaría de casi imposible .
Eliseo y quien esto escribe  nos alejaríamos del badawi , y de su singular y significativa << mercancía >> , con una asfixiante sensació .
¿ Cómo hacer el  << milagro >> ? ¿ Cómo arrancar al mundo de tanta oscuridad ?
Pronto , muy pronto , lo descubriríamos . Y quedamos maravillados . El Hijo del Hombre, verdaderamente , tenía la << clave >> ...
El maarabit , puntual como un reloj , entró en escena , tumbando las indolentes columnas de humo y sorprendiendo a chicos y grandes . Entre toses y carraspeos , la parroquia procuró acomodarse bajo los ropones . Y nosotros , esquivando cántaras , enormes sandías , relucientes cacharros de cobre y a la inevitable chiquillería , fuimos atraidos por un apetitoso tufillo . Mi hermano se asomó curioso a una de aquellas anchas sartenes de hierro negro y grasiento . La mujer , impertérrita , siguió removiendo la humeante fritura . A su lado , en sendos cuencos de barro , creí identificar unos sanguinolentos hígados de pollo , materialmente asaltados por las moscas . Despació , estudiadamente , la oronda matrona tomaba las porciones , arrojándolas al aceite profundo . Una cebolla previamente cocinada , brillante y tramsparente , flotaba entra la chisporreante carne .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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