sábado, 11 de octubre de 2014

Caballo de Troya - El Diario del Mayor -Tomo 1 -1 de Abril , Sábado ( 14 )

Un latigazo interno me puso sobre aviso . Estaba a punto de asistir a la escena de la unción . Sin poder remediarlo me incomporé y , ante el desconcierto de Lázaro , me deslicé por detrás de la mesa , hasta situarme en una de las esquinas de la U , a pocos metros de los invitados de honor .
Progresivamente , los comensales fueron guardando silencio , atónitos ante lo que estaba sucediendo . La hernama menor , con su habitual mutismo , había abierto una botella de unos treinta centímetros de altura y de forma ahusada . Parecía hecha de un material sumamente translúcido ( despues supe que se trataba de alabastro oriental )
Y ante la mirada complacida de Jesús , la mujer vertió buena parte del contenido sobre los cabellos del Maestro . Un liquido color coñac fue impregnando lenta y dulcemente el pelo acastañado del rabí , mientras un penetrante aroma fue llenando el recinto. María cerró el recipiente y , tras depositarlo entre sus piernas , procedió a extender el perfume entre los sedosos cabellos del Galileo . Aquella unción fue hecha con tanta sencillez y amor que los ojos del gigante se humedecieron.
Una vez concluida la operación , María volvió a abrir la jarra , vaciando la esencia de nardo sobre los desnudos pies del Maestro . Untó el líquido a lo largo de sus tobillos , calcañares y dedos , proporcionando a Jesús unos suaves y prolongados masajes hasta que el liquido quedó perfectamente extendido.
A esas alturas de la unción , algunos de los comensales habían empezado a murmurar entre sí , lamentando aquel despilfarro . En uno de los extremos de la mesa , varios de los discípulos - entre los que destacaba Judas Iscariote por sus aparatosos ademanes y palabras subidas de tono -apoyaban con sus comadreos a los invitados que se mostraban abiertamente molestos por el gesto de la hebrea .
Ni María ni Jesús se alteraron ante aquellos cuchicheos .Al contrario : la bellísima hermana de Lázaro - que había adornado las uñas de sus manos y pies con un polvo rojo-amarillento - echó atrás su cabeza y pasando las manos sobre la nuca la nuca se inclinó sobre los pies del rab´, arrojando por delante su espesa cabellera . Después , sin prisas , fue enjugando con su pelo los pies del Maestro , hasta que quedaron secos y brillantes.
Autor :j.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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