miércoles, 8 de octubre de 2014

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 31 de Marzo , viernes ( 10 )

Según Marta , Simón había querido agasajar convenientemente a Jesús y había anunciado un gran banquete para el día siguiente , sabado. Eso significó un nuevo ajetreo en ambas casas , ya que - de acuerdo con las estrictas prescripciones de la ley judía - el día sagrado para los hebreos comenzaba precisamente con el crepúsculo del día anterior .
Durante el resto de la jornada , el Maestro de Galilea recibió a infinidad de amigos y visitantes , departiendo con todos .
Al anochecer , Jesús regresó a la casa de Lázaro y llí , en compañía de sus intimos y de la familia del resucitado , repuso fuerzas , mostrándose de un humor excelente .
Lázaro me rogó que les acompañara . Los hombres tomaron asiento en torno a la gran mesa rectangular del comedor y las mujeres - dirigidas por Marta - comenzaron a servir . En un primer momento me mantuve prudentemente al amor de la chimenea . Pero Lázaro insistió y me vi obligado a compartir con ellos las abundantes viandas : algo de caza , judías , legumbres , frutos secos y vino. Me sorprendió comprobar que en ninguna de las comidas se probara el agua . Ésta era sustituida habitualmente por vino.
Antes de iniciar la tardía cena , el Maestro y las catorce o quince personas que compartian los alimentos se pusieron en pie , entonando un breve cantico. Yo hice otro tanto , aunque permanecí lógicamente en silencio . Al terminar , Marta - en una de las presurosas idas y venidas- me explicó que aquel himno , titulado Oye , Israel, era en realidad una oración . Me sorprendió ver cómo el rabí , a pesar de sus públicas y acusadas diferencias con los doctores de la ley , respetaba las viejas costumbres de su pueblo . No sé si he mencionado que el Maestro había hecho gala durante toda la tarde de un contagioso sentido del humor , riendo y haciendo bromas por cualquier cosa . Aquél iba a ser - al menos en los días que precedieron al jueves , 6 de abril - otro de los aspectos que me sorprendieron de Él . ¡ Qué lejos estaba de esa imagen grave , atormentada y lejana que se deduce al ler muchos de los libros del siglo XX!
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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