lunes, 6 de octubre de 2014

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 31 de Marzo , viernes ( 1 )

Al alba un ruido ronco y monótono me despertó . Al asomarme por la ventana , comprobé sorprendido que aquel sonido parecía salir de la totalidad de la aldea . No lograba explicármelo.
Tras un rápido aseo , establecí contacto con la cuna , pero Eliseo tampoco supo darme información al respecto.
Intrigado , descendí las escaleras de piedra que conducian hasta el patio central de la hacienda . Al llegar a las pilastras , aquél irritante  ronroneo creció . Noté que partía de la estancia donde había permanecido buena parte de la tarde anterior y hacia allí me encaminé . El fuego del hogar se elevaba vigoroso sobre unos leños recién depositados en el fondo de la chimenea . Al pie del murete circular del fogón , Marta y una de las sirvientas procedían con ímpetu a la molienda del trigo, sobre una piedra muy parecida a las que yo había visto la mañana anterior , en mi decenso por la cara sur del monte de los Olivos . A diferencia de aquéllas , este triturador era negro y muy pulimentado . Al acercarme a las mujeres y saludarlas comprobé que se trataba de una piedra basáltica de casi medio metro de longitud y treinta centímetros de anchura muy desgastada por su parte superior como consecuencia de la diaria y vigorosa fricción . En un instante , mis dudas se disiparon . Y a partir de aquel día , aprendí a identificar el cotidiano despertar de Betania y de la propia Jerusalén con aquel sonido obligado y generalizado en todas las casas - poderosas y humildes- de la molienda del grano. Como me contaron los ancianos de la aldea de Lázaro , si algún día se dejaba de oír el rumor de la muela , convirtiendo el trigo en harina , es que la ruina y la desolación - como había escrito Jeremias - habían llegado a Israel.
Autor J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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