jueves, 9 de octubre de 2014

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 1 de Abril , sábado ( 4 )

Aquel espectáculo me fascinó de tal forma que , en silencio , casi de puntillas , rodeé la pequeña explanada , sentándome en los primeros peldaños de la escalinata . Y allí permanecí , absorto , disfrutando como los pequeños .
Jesús se había desembarado de su manto . Su espléndida túnica blanca aparecía esta vez ceñida con un cordón . Entre la algarabía de los pequeñuelos , destacaba a ratos su risa , limpia y rotunda como aquella luminosa mañana . En verdad , lo que más me emocionó fue comprobar cómo aquel hombre hecho y derecho - capaz de desafiar a los sumos sacerdotes o de resucitar a los muertos - saltaba , corría o caía por los suelos , entregado por completo a las exigencias de aquella gente menuda .
Algunas mujeres se asomaban disimuladamente por el atrio , contemplando la escena y escabullendose a continuación entre risas mal contenidas.
Uno de aquellos juegos era especialmente curioso . El Galileo se situaba de espaldas al grupo de niños y lanzaba un palitroque hacia atrás , de forma que cayera lo más cercana posible de la chiquillería . Los muchachos se disputaban la posesión del palo hasta que uno de ellos - generalmente el que más saltaba - se hacía con él. En ese instante , tanto Jesús como el resto corrían en todas direcciones mientras el propietario del testigo se esforzaba por perseguir y tocar con el palo a cualquiera de los jugadores . No era casualidad que todos los niños pretendieran cazar al rabí . Pero éste , lejos de dar facilidades , los volvía locos , esquivándolos y burlándolos entre los árboles y arbustos .
No sé cuánto tiempo duró aquello . Quizá una o dos horas..
Súbitamente me asaltó un presentimiento . O mucho me equivocaba o aquellos iban a ser los últimos juegos de Jesús de Nazaret.
De pronto , cuando más punzante era aquella inexplicable melancolía , el Maestro detuvo el juego . Retiró de sus ojos la venda de tela con la que jugaba a la << gallinita ciega >> y acarició a los pequeños , dando por terminada la diversión.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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