viernes, 10 de octubre de 2014

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 1 de Abril , Sábado ( 11 )

A las puertas permanecían algunos de los policías del Templo - levitas en su mayoría - que habían acudido hasta Betania con la sospechosa misión de escoltar a los altos dignatarios del sacerdocio de Jerusalén . Lázaro me comentó por lo bajo que había una cierta incertidumbre sobre los auténticos propósitos de aquellos fariseos . Era muy posible que - siguiendo las ordenes de Caifás - aquel mismo atardecer , una vez finalizado el sábado , los hombres del Sanedrín  prendieran a Jesús . Pero los << separados >> o los << santos >> - como se conocía tambien a los fariseos - no hicieron ademán alguno que pudiera alertar a los seguidores de Cristo . Al contrario : aunque en ningún momento se acercaron al grupo en el que dialogaba Jesús , tras recogerse las amplias mangas de sus túnicas , dejaron que las mujeres procedieran al obligado lavatorio de manos y pies , reclinándose en sus puestos con vivas muestras de satisfacción . Supongo que la cordialidad podía obedecer a las magnificas viandas que habían empezado a circular ya sobre la mesa . Los servidores de Simón habían dispuesto una especie de tazones de fina cerámica ( hoy conocida como terra sigillata ) , compactos y de cuidada forma , fabricados en barro rojo y - según me señaló Lázaro - procedentes de Italia . Al levantar mi tazón pude ver en la base del mismo el sello del fabricante : un tal Camurius , conocido alfarero de Arezzo. ( Memoricé aquel nombre y en la tarde del lunes cuando , al fin , pude regresar al módulo , Santa Claus confirmó que el citado artesano italiano había vivido y trabajado en tiempos de Tiberio y Claudio , desde los años 14 al 54 después de Cristo .
Simón , siguiendo las costumbres , había contratado a un cocinero de Jerusalén . Curiosamente , si las cosas salían mal y los invitados se mostraban disgustados con el menú , el jefe de cocina debía reparar la afrenta , pagando de su bolsillo los gastos , en una proporción que siempre dependía de la categoría del anfitrión y de sus comensales .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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