miércoles, 8 de octubre de 2014

Caballo de Troya - El diario del Mayor - Tomo 1 - 31 de Marzo , viernes ( 12 )

El rabí rogó a las hermanas de Lázaro que se aproximaran a Él . María fue la primera en abandonar los enseres que estaba manejando junto al fogón , situándose en una de las esquinas de la mesa , junto al Galileo . al poco entraba Marta secándose las manos en el delantal . La luz de una de las dos grandes lámparas o lucernas portátiles que habían sido colocadas sobre la mesa ponían al descubierto el atractivo perfil de María . Una espesa mata de pelo negro y cuidadosamente cardado le caía por la espalda , casi hasta la cintura . Sobre la frente , Maria , sujetando parte de los cabellos , lucía una cinta celeste que resaltaba sobre su cutis aceitunado . Tenía las facciones pequeñas y delicadas . Todo un milagro para una mujer de treinta años en aquella dura sociedad.
Ni una sola vez había logrado hablar con ella y , no obstante , sus interminables ojos negros revelaban un corazón singularmente sensible.
Jesús puso la bolsita en las manos de María y , dirigiendose a ambas , les pidió que aceptaran aquel pequeño obsequio . Mientras María se ruborizaba , Marta , presa de la curiosidad, arrebató el regalo de entre las manos de su hermana abriéndolo con presteza . Desde mi asiento apenas si llegué a distinguir unos gránulos . Despues supe que se trataba de semillas de bálsamo , compradas por el propio rabí a su paso por Jericó.
Ante el regocijo general María - siempre en silencio - se aproximó a Jesús , estampandole dos sonoros besos en las mejillas.
Poco a poco , sin embargo , el tono alegre y desenfadado de aquella comida fue decayendo , por obra y gracia de algunos de los hombres del Cristo . Saltaba a la vista que estaban seriamente preocupados por la dirección que iban a tomar los proximos pasos del Maestro y , que ellos , sin lugar a dudas , ignoraban totalmente. No tardó en surgir el asunto de la orden de captura de Jesús por parte del sumo sacerdote y las medidas que debían adptarse para salvaguardar la seguridad del rabí , en primer lugar , y del resto del grupo al mismo tiempo..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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