La estrecha y descuidada senda serpenteó dócil , durante casi dos kilómetros , bajo un benéfico << túnel >> formado por esbeltos y canosos álamos del Éufrates y enmarañados tamariscos . El << paseo >> , en solitario , fue una delicia . Entre las frondosas copas verdiblancas se adivinaba el incesante ir y venir de las laboriosas golondrinas de mar y de las calandrias de cabeza negra , siempre discutidoras y melodiosas . Desde la primavera , los sufridos hawr ( álamos ) , una de las pocas especies capacitada para resistir la salinidad de las tierras próximas al Jordán , se convertían en el obligado hogar de estas pequeñas y siempre bienvenidas aves migratorias . Para los galileos , golondrinas y calandrias eran allon ( palabra sagrada que significa << Él >> o << Dios >> ). Sencillamente , las asociaban al resurgimiento de la vida , al << santo amanecer >> de la Naturaleza...
De pronto , lejano , apenas perceptible bajo la sinfonía del bosque , escuchamos un griterío .
Nos miramos inquietos . Parecían voces infantiles ...
Y en guardia nos aproximamos a uno de los escasos claros . Al contemplar el << espectáculo >> entendí . Tranquilicé a Eliseo y , rogando prudencia , continuamos .
En el reducido calvero se dibujaba un cruce de caminos .. Otra pista angosta , e igualmente trabajada con la negra escoria volcánica de la región , se aupaba con dificultad hacia un cerro de doscientos o trescientos metros . Arriba , amurallado por el apretado bosque , se distinguía un conato de ciudad . Era Beth Saida Julias , la población levantada por Filipo y , en cierto modo . << Capital >> administrativa de la zona . Una ciudadela azabachey caótica que evitaríamos , de momento .
Debí suponerlo . Al igual que casi todas las rutas , los lugareños aprovechaban estas encrucijadas para sentar sus reales y vender toda suerte de mercancías.
Por supuesto , era un lugar estratégico . Y tomamos buena nota .
Consultamos el sol . Volaba hacia el cenit . Estábamos cerca de la hora << sexta >> ( mediodía ).
Lo comentamos y , necesitados de un respiro , decidimos hacer un alto .
Lentamente , con precaución , nos mezclamos en aquel caos . Treinta o cuarenta miradas nos siguieron curiosas.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
De pronto , lejano , apenas perceptible bajo la sinfonía del bosque , escuchamos un griterío .
Nos miramos inquietos . Parecían voces infantiles ...
Y en guardia nos aproximamos a uno de los escasos claros . Al contemplar el << espectáculo >> entendí . Tranquilicé a Eliseo y , rogando prudencia , continuamos .
En el reducido calvero se dibujaba un cruce de caminos .. Otra pista angosta , e igualmente trabajada con la negra escoria volcánica de la región , se aupaba con dificultad hacia un cerro de doscientos o trescientos metros . Arriba , amurallado por el apretado bosque , se distinguía un conato de ciudad . Era Beth Saida Julias , la población levantada por Filipo y , en cierto modo . << Capital >> administrativa de la zona . Una ciudadela azabachey caótica que evitaríamos , de momento .
Debí suponerlo . Al igual que casi todas las rutas , los lugareños aprovechaban estas encrucijadas para sentar sus reales y vender toda suerte de mercancías.
Por supuesto , era un lugar estratégico . Y tomamos buena nota .
Consultamos el sol . Volaba hacia el cenit . Estábamos cerca de la hora << sexta >> ( mediodía ).
Lo comentamos y , necesitados de un respiro , decidimos hacer un alto .
Lentamente , con precaución , nos mezclamos en aquel caos . Treinta o cuarenta miradas nos siguieron curiosas.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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