jueves, 4 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 18 , de agosto , sábado ( 7 )

Nuevo y prolongado silencio .
Por eso , sencillamente , al verme en el 30 , en el << futuro >> , no consiguieron identificarme con el  << otro Jasón >>, el << viejo griego >> con el que trataron en el << pasado . ¿ Cómo era posible - llegaron a comentar - que el Jasón del 30 fuera más joven que el del 25 ?
Y la sospecha - yo diría que la certeza - me eclipsó durante algún tiempo . Debíamos prepararnos . << Algo >> sucedería en esta nueva aventura . << Algo >> nos dejaría casi irreconocibles . Varios de los síntomas , en efecto , apuntaban ya en nuestra piel .
Sacudí el << fantasma >> y procuré centrarme . Eso sería valorado ..., en su momento . Estábamos donde estábamos . Las fuerzas se hallaban intactas . Y olvidé.
Alcanzamos la solitaria curva de la << herradura >> y vadeamos el disminuido cauce del Zalmon . A partir de allí penetramos en la << jungla >> , uno de los tramos más peligrosos de aquella etapa del viaje . La margen izquierda del terroso río que desembocaba en el yam era un nido de insectos , a cual más agresivo . En aquel infierno de altas espadañas , papiros , venenosas adelfas , juncos de laguma y los míticos aravah o sauces de diminutas y verdosas flores se concentraba una << nube >> de potenciales << agresores >> . Nos hicimos con los mantos y , a pesar de la sofocante atmósfera y de la protección de la << piel de serpiente >> , cubrimos los cuerpos hasta donde fue posible , cruzando la intricada vegetación sin demora . Al ingresar finalmente en la << vía maris >> , la calzada que rodeaba la orilla occidental del mar de Tiberíades , respiramos . Los ropones aparecían invadidos por muchos de aquellos mortíferos Anofeles ( mosquitos transmisores de la malaria ).
Aceleramos . Desde el puente sobre el Zalmon hasta la ciudad de Nahum restaban aún cuatro kilómetros .
Nos deslizamos sin problemas por el jardín de Guinosar y los molinos de Tabja . El tránsito de gente y animales , tal y como suponíamos , era casi nulo en aquel sábado .
Y al llegar a la altura de la familiar colina o monte de las Bienaventuranzas , antugua << base - madre - dos >> , disfrutamos rememorando los muchos e intensos momentos vividos en el segundo << salto >>
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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