jueves, 23 de julio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - El Diario ( 74 )

Hacia las 14 horas - después de soportar diez largos minutos de << violenta inmovilización >> sobre el abismo -, la cabina número 2 quedaba anclada en el muelle terminal de la montaña , a sesenta pies  por debajo de la cumbre  . En pocos momentos  de mi vida ha deseado con tanta vehemencia pisar tierra firme ...
Los ingenieros  militares judíos  y el resto de nuestros amigos  nos aguardaban con impaciencia  . Y sin demora alguna , los técnicos  desengancharon la piedra naranja  , haciendo rodar la plataforma  hasta el angosto pasillo de tierra existente  entre la terminal del funicular y la mencionada pared rojiza  de Masada . Las barreras de hierro que habitualmente  delimitan los caminos  de entrada y salida  de los pasajeros a las cabinas habían sido igualmente desmontadas  , facilitando así el movimiento de los bloques . Quedé perplejo . Por encima de nuestras cabezas , en el filo mismo de la cima  , los israelitas habían ensamblado una grúa - tipo pluma - que , en cuestión de minutos , comenzó a izar la carga  . De esta forma  se salvaba  el incómodo desnivel que separa la terminal de la meseta  propiamente dicha  . Al recorrer los 120 metros  de cornisa que asciende por la cara este de Masada  - únicos acceso a la cumbre  desde la base del aerocarril -, comprendí igualmente que el transporte de los sillares por aquel pasillo de tres metros de anchura hubiera sido tan penoso como ineficaz . Al final de dicho sendero , una reducida casamata de cemento , que hacía las veces de control y lugar de venta de mapas de las ruinas , habría imposibilitadom igualmente el paso de las piedras .
Cuando , al fin ,  pisamos  la cumbre , una mezcla  de emociones  y curiosidad se apoderó de todo el equipo  . El viento seguía  azotando aquella increible plataforma  natural , empujando desde  el sur  largos jirones  de niebla  que se arrastraban  lentamente sobre el polvo y la tierra reseca  de la cima . Aquél , si no se producian cambios  , iba a ser nuestro << punto de lanzamiento >> . La árida y majestuosa belleza de Masada  iría cautivándome  minuto a minito ...
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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