jueves, 16 de julio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tom 2 - El Diario ( 40 )

Lo que si me pareció indigno del lugar que se pretende venerar fue un hecho que me tocó vivir en aquella agitada mañana .
Durante un buen rato deambulé  sin rumbo fijo por las oscuras  y recargadas capillas  , absurdamente  divididas entre los griegos  ortodoxos  y los católicos romanos  , descendiendo incluso a una de las criptas donde , según la tradición , Santa Elena  había hallado las tres cruces  , << arrojadas a una especie de basurero  por los soldados romanos  , una vez concluidas las crucificiones >>.
En otra de las dependencias volví a encontrarme  con la << columna de la  flagelación >> : un delicado y costoso mojón  de mármol rojo  , de unos cincuenta centímetros  de altura  y con unn mimado basamento  . No pude por menos que sonreir  . Aquella especie de milar jamás pudo ser utilizado para atar caballerías . Era demasiado caro y exquisito ...
Y de pronto me encontré  frente a un grupo de turistas  , que hacia cola  para visitar la no menos supuesta tumba  del Galileo . Aquél era  uno de los santuarios  que yo me había  negado a inspeccionar  durante mi  etapa de entrenamiento . Creo haber mencionado  ya : tanto la dirección de Caballo de Troya  como yo mismo consideramos  que , para determinadas fases  de la misión  , era mejor prescindir  de las informaciones  ya existentes  . Ello nos proporcionaba  un  mayor grado de objetividad  . De ahí que , al unirse al paciente grupo , sintiera una inevitable  curiosidad . Era del todo imposible  que la gruta  que sirvió de enterramiento a Jesús de Nazaret se hallara  tan próxima al Calvario . ( Apenas veinte o treinta metros en el interior de la iglesia ) Pero decidí hechar un vistazo.
El monumento que cubre y protege en la actualidad dicha sepultura  , excesivamente recargado y con una gran cúpula  de estilo ruso  , es tan sumamente angosto  que sólo permite  el paso de cuatro o cinco personas a un tiempo . A gran velocidad , cas macánicamente  , los turistas que me precedían fueron entrando y saliendo de la tumba  . Cuando me tocó el turno , sinceramente  , quedé horrorizado  . En un estrechisimo cubículo de apenas dos metros de largo pou una de ancho y otros dos de alto puede contemplarse , a la derecha de la estancia  , una laja de mármol que no supera el metro y setenta centímetros  de longitug . Era imposible que el cuerpo del Cristo , con su 1,81 metros de estatura  , hubiera encajado en posoción horizontal sobre dicho banco de piedra .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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