jueves, 23 de julio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - El Diario ( 71 )

Ello hará más sencillo elobligado cierre temporal de las ruinas arqueológicas . Creo que me explico con claridad ...
La intencionalidad de algunas de las palabras pronunciadas por Bahat , y que he entrecomillado , no dejan lugar a dudas .
Las intensas lluvias de febrero  provocaban en aquella zona  frecuentes  y habituales desprendimientos  o inundaciones . No era  extraño por tanto que la ruta hacia el sur del mar Muerto , Ein hatzeva , Ein Ya hav y Elat se viera afectada  por las venidas de agua procedentes  del escarpado desierto de Judá .
Finalizada la reunión , el jefe de campamento repartió los falsos documentos de identidad , así como gruesos capotes de agua , requisando la totalidad de nuestras cámaras fotográficas . Y siguiendo las instrucciones  de Curtiss , le acompañamos  hasta la plataforma - base  del funicular . La lluvia  había cesado momentáneamente , pero no así el viento . Eran casi las diez de la mañana .
Al cruzar la explanada advertimos que los camiones  no se hallaban en el lugar . Tampoco observamos  movimiento alguno de turistas o visitantes  . La explicación a la misteriosa desparición de los camiones  no tardaría en llegar .
Los responsables de la Operación Eleazar los habían alineadoa los pies de la casamata  que servía de refugio a la pareja  de cabinas del aereocarril . Mediante  una poderosa grúa  instalada en un transporte militar , los bloques  de de piedra naranja habían empezado a ser trasladados  y depositados  sobre unas reducidas bases cuadradas  o rectangulares  provistas de ruedas , que eran rápidamente  introducidas en el interior  de cada una de las cabinas del funicular . Previamente  , la puerta corrediza  de cada módulo había sido desmontada  , facilitando así el acceso de los aparentemente pesados sillares  . El lugar se hallaba rodeado por el pelotón de soldados  que habíamos visto poco antes junto a los camiones . Mis compañeros y yo empezamos a comprender .
Uno tras otro , una vez cargados con los bloques  , cada funicular abandonaba la base , ascendiendo en dirección a la cumbre  de Masada . La laboriosa operación - como pudimos experimentar personalmente  en el transporte  del último cargamento - encerraba un indudable riesgo . Muy especialmente si el viento alcanzaba los 60 kilómetros / hora . En ese caso , la cabina podía sufrir un peligroso balanceo . Y una caída desde 262 metros hubiera sido fatal ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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