sábado, 25 de julio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - El Diario ( 83 )

Concluido el desayono , Curtiss y el resto del equipo se brindaron a colaborar con los técnicos  israelíes  en las faenas que estimaron oportunas . Pero Yefet , después de agradecer nuestra sincera y excelente  disposición , se negó , argumentando que aquéllas  no eran las órdenes  . El sol flotaba ya sobre los azules cerros de Moab , rumbo a un cielo transparente  . El viento había  cesado y la jornada , en fin , parecía  presentarse tibia y apacible .
Minutos antes del desayuno , los oficiales destacados  en la base del funicular habían establecido contacto por radio con el campamento , informando al general sobre las razones  del retraso del medio centenar de hombres que completaba la expedición de Caballo de Troya  y que , según Curtiss , debería  de haber llegado a Masada la noche anterior  . Al Parecer , el autocar que les trasladaba  desde Jerusalén se había visto obligado a dar media vuelta , como consecuencia de los cortes de carretera .
<< Su incorporación al campamento Eleazar - concluyeron los militares  - se produciría  a lo largo de esta misma mañana . >>
Nosotros ignorábamos  entonces las << malas nuevas >> que portaban aquellos compatriotas y compañeros ...
Dado que nuestras obligaciones  eran casi nulas , cada cual se dedicó a lo que creyó más conveniente . Curtis y varios de los directores  se encerraron en la tienda que hacía las veces  de estación de estación de radio  y el resto optó por descansar o curiosear por la cima de la roca  , siempre bajo la discreta  vigilancia  de algunos de los judíos  , que se ofrecieron , << encantados >> , como improvisados guías turísticos .
Eliseo y yo , de común acuerdo , ocupamos buena parte de la mañana  en un meticuloso reconocimiento del perfil y de topografía  del triangulo que constituía  nuestra base . Desde el amanecer , el campamentohabía recuperadosu intenso ritmo de trabajo . Los tractores oruga , situados en lo alto de la meseta por los helicópteros , continuaban el febril trasvase de las piedras anaranjadas , que eran situadas por la grúa  en el fondo de la << piscina >>.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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