En el caso de una alta emergencia - algo realmente improbable -, la computadora fue programada para modificar la direccionalidad del << ojo del ciclope >>, advirtiéndonos . En dicho supuesto , el último cinturón protector - el de los microláseres - sería dirigido hacia el cielo . Si nos hallábamos en el yam , o en sus alrededores , el abanico infrarrojo podía ser detectado con el auxilio de las << crótalos >> . Todo era cuestión , entonces , de retornar de inmediato a la cima del Ravid . La privilegiada atalaya , como creo haber mencionado , se encontraba a diez kilómetros en línea recta de Nahum y a catorce de la pequeña localidad costera de Saidan . Suficiente para << visualizar >> el << faro >> de los microláseres .
y , satisfechos y nerviosos , nos retiramos a descansar .
Al poco , sin embargo , mi hermano volvió a levantarse . Parecía preocupado . Lo atribuí a lo inminente del viaje y , quizá , al no muy lejano encuentro con el Hijo del Hombre . Pero , ante mi sorpresa , descendió a tierra , perdiéndose en la oscuridad . Aquello me intranquilizó .
¿ Qué sucedía ?
Supongo que fue lógico . Por mi mente desfiló de inmediato la vieja amenaza del deterioro neuronal .
¡ Dios ! ... ¡ Otra vez no !
¿ Es que presentaba algún nuevo síntoma ? ¿ Cual de ellos ?
E inquieto lo busqué a través de las escotillas .
Imposible . La luna nueva caía negra y espesa sobre el << portaaviones >>.
¿ Y si estuviera equivocado ?
Debía contenerme .
Quizá se trataba , únicamente , de un insomnio pasajero , fruto de la tensión...
No , mi hermano disfrutaba de unos nervios de acero . Siempre dormía como un bendito...
Tenía que sacudirme aquella maldita duda .
Media hora más tarde , ansioso , cuando me disponía a saltar , lo vi llegar.
Se sorprendió al verme de pie . Y , comprendiendo , se excusó , explicando el porqué de la repentina salida al exterior .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
y , satisfechos y nerviosos , nos retiramos a descansar .
Al poco , sin embargo , mi hermano volvió a levantarse . Parecía preocupado . Lo atribuí a lo inminente del viaje y , quizá , al no muy lejano encuentro con el Hijo del Hombre . Pero , ante mi sorpresa , descendió a tierra , perdiéndose en la oscuridad . Aquello me intranquilizó .
¿ Qué sucedía ?
Supongo que fue lógico . Por mi mente desfiló de inmediato la vieja amenaza del deterioro neuronal .
¡ Dios ! ... ¡ Otra vez no !
¿ Es que presentaba algún nuevo síntoma ? ¿ Cual de ellos ?
E inquieto lo busqué a través de las escotillas .
Imposible . La luna nueva caía negra y espesa sobre el << portaaviones >>.
¿ Y si estuviera equivocado ?
Debía contenerme .
Quizá se trataba , únicamente , de un insomnio pasajero , fruto de la tensión...
No , mi hermano disfrutaba de unos nervios de acero . Siempre dormía como un bendito...
Tenía que sacudirme aquella maldita duda .
Media hora más tarde , ansioso , cuando me disponía a saltar , lo vi llegar.
Se sorprendió al verme de pie . Y , comprendiendo , se excusó , explicando el porqué de la repentina salida al exterior .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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