lunes, 1 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 17 de agosto , viernes ( 6 )

A la mañana siguiente , al amanecer , abandonaríamos el Ravid , encaminándonos hacia la primera desembocadura  del Jordán , en las cercanías de Saidan . Desde allí , a buen paso , retomando el río , podíamos alcanzar la orilla sur del lago Hule ( Semaconitis ) antes del ocaso . La segunda etapa del viaje , prevista para el domingo , 19 , era más compleja . Y no por la distancia a recorrer - prácticamente similar a la del día anterior -, sino por el hecho de penetrar en las estribaciones del inmenso Hermón . El macizo , integrado por múltiples alturas , sumaba más de sesenta kilómetros de longitud . Todo un laberinto . Si las pistas fallaban , la busqueda de Jesús de Nazaret sería un empeño casi inviable .
Pero no quisimos pensar en esa posibilidad . Lo importante , de momento , como repetía Eliseo , << era llegar al río >> Una vez allí , ya veríamos cómo  << cruzarlo >>...
Si lo hallábamos , si encontrábamos al Maestro , y si las fuerzas nos acompañaban , el trabajo consistiría en seguirlo . Vivir a su lado día y noche . Reunir toda la información posible . Conocer sus pensamientos , deseos  y proyectos . Averiguar , en definitiva , quién era aquel Hombre ...
Ni qué decir tiene que , conforme fuimos chequeando el plan , mi compañero se encendió , contagiándome su entusiasmo . El instinto (?) nos gritaba que lo teniamos al alcance de la mano . Estábamos a punto de desvelar otro misterioso e ignorado capítulo de su vida ...
Aquellos intensos momentos , francamente , nos compensaron de las pasadas amarguras . Pareciamos niños , ilusionados con la magia de un encuentro largamente deseado.
Y fue el pletórico ingeniero quien planteó también una de las cuestiones clave : ¿ nos reconocería ?
El problema era arduo .
Si nos ajustábamos a un criterio estrictamente racional , ese << reconocimiento >> era imposible . Lo habíamos conocido en el año 30 . Es decir , en el << futuro >> . Obviamente , al retroceder cinco años , Él no podía saber quiénes eran aquellos griegos . ¿ O sí? Y en mi mente surgió la increíble escena en la casa de Lázaro , en Betania . El Maestro , a pesar de ignorarlo todo sobre mí , dejó a los suyos y , avanzando hacia quien esto escribe , fue a posar sus largas y velludas manos sobre mis hombros . Y haciéndome un guiño , sonriendo , exclamó :
<< Se bien venido . >>
Aquello ocurrió un 31 de marzo , viernes . Nunca lo olvidaré .
Pues bien , si fue capaz de tal recibimiento en dicho año 30 , ¿ qué sucedería ahora , en el 25 ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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