sábado, 29 de octubre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 18 de setiembre , martes ( 4 )

Eliseo me buscó con la mirada . No supe que hacer . El Maestro , con el manto entre las manos , parecía tan perplejo como nosotros .
- ¡ Es el ruah ! - repetían , amenazadores -. ¡ Es el diablo del kan !
Ruah , en efecto , era un término que servía para designar a un tipo de espíritu o demonio ( probablemente importado de Babilonia ) que se distinguía por su especial maldad y ferocidad.
Comprendí . Nos hallábamos a unos seis kilómetros del kan de los locos , y aquella gente , conocedora de los << inquilinos >> del refugio de Assi , descubrió en el negro al salvaje ruah que vivía encadenado . Y todos , lógicamente , se preguntaban cómo había escapado .
Aru , atemorizado , retrocedió . Las mujeres , entre alaridos , buscaron a los más pequeños y , con las amplias y multicolores túnicas al viento , huyeron hacia la encrucijada . Otras , también a la carrera y entre idénticos gritos solicitando auxilio , se precipitaron en el patio que rodeaba la posada .
Los hombres , contagiados por aquel pánico supersticioso , , imitaron inicialmente a las hembras . Sólo fue una reacción momentánea . A los pocos pasos , animados por tres o cuatro felah más audaces , reaccionaron . Volvieron a increpar al << dempnio tatuado >> y , avanzando lentamente , se dirigieron hacia nosotros . Los que marchaban en cabeza se hicieron con piedras y , levantándolas , se dispusieron a apedrearnos .
Instintivamente llevé los dedos a la parte superior de la << vara de Moisés >> , y acaricié la cabeza del clavo de cobre que activaba el sistema de defensa de los ultrasonidos .
No fue necesario .
Los gritos y el amenazador avance de la chusma terminaron por movilizar al asustado Aru . De un salto se separó del Maestro y corrió como un gamo hacia el patio enlosado . El murallón que protegía la posada lo ocultó tras unos segundos . Y los vendedores arreciaron en sus alaridos y amenazas , e iniciaron la carrera tras el << demonio >>
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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