sábado, 15 de octubre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 17 de setiembre , lunes - Año 25 ( 5 )

Jesús reanudó la marcha . Mi hermano se encogió de hombros y se apresuró a seguirlo . Por un momento pensé en la reaparición de << Al >> , el bandido de la pata de palo .Pero ¿ por qué me atormentaba ? Nosotros éramos unos simples observadores . Debíamos esperar . Sólo eso ...
Al llegar a la altura de los restos del bucol llamado << Anas >> ( << castigo >> ) , entre el camino y el apretado bosque de pinos albar , el Galileo se detuvo nuevamente . Su atención se hallaba centrada en el fondo del senderillo . Ni siquiera reparóen el esqueleto de Anas . Avanzó algunos pasos y volvió a detenerse . ¿ Qué sucedía ? Al final de aquel tramo , si no recordaba mal , se alzaba el asherat , la formación megalítica integrada por cinco piedras cónicas de basalto negro , toscamente labradas , que representaban a otros tantos dioses fenicios .
La inquietud se prolongó unos segundos . Mis dedos , instintivamente , se deslizaron hacia lo alto de la << vara de moisés >>...
Al poco respiré aliviado . Por la negra senda vimos ascender al joven Tiglat . Caminaba despacio , tirando de las riendas del alto y poderoso onagro , el asno propiedad del Maestro . Al vernos detuvo la marcha . El sol , despegando sobre la sierra , lo iluminó de frente , entorpeciendo la visión . Supongo que necesitó asegurarse sobre la identidad de aquellos tres inesperados caminantes . Finalmente sentándose en la orilla del Aleyin , el aprendiz de río que nacía en los ventisqueros , aguardó nuestra llegada .
El Muchacho , en efecto , conducía al animal hasta el << refugio >> de piedra  . En las dos grandes alforjas de junco , la familia había reunido las acostumbradas provisiones , suficientes para tres días .
Y me hice una pregunta cuya respuesta conocía muy bién : ¿ cómo había detectado aquel Hombre la presencia del joven guía fenicio ? Ni Eliseo ni yo lo descubrimos hasta tenerlo a la vista .
Jesús se acomodó al pie de uno de los ídolos de piedra y nos invitó a que lo imitáramos , descansando
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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