domingo, 16 de octubre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 17 de setiembre , lunes - año 25 ( 7 )

Jesús inspiró profundamente . Se recogió los largos y lacios cabellos color caramelo en la acostumbrada cola y , frotándose las largas y velludas manos , procedió a trocear el pastel , repartiéndolo.
¿ Por qué me había guiñado el ojo ? Sólo se me ocurrió una explicación . Él sabía lo que estaba pensando ...
El Maestro , entonces , aclaró las dudas del joven fenicio y , de paso , algunas de las nuestras . Su hora estaba cercana - dijo - , y debía de regresar con los suyos , preparándose para el momento en el que revelaría al Padre . No habló de fechas . Y ante el asombro de Tiglat , el Maestro le cedió el onagro , la tienda de pieles y la casi totalidad de las provisiones . Cargó algunas de las viandas en su saco de viaje y , tras desear la paz al muchacho y a los suyos , se alejó del asherat con sus típicas y rápidas zancadas . Eliseo y quien esto escribe , tan desconcertados como el fenicio , nos deshicimos igualmente de la tienda y , sin casi despedirnos , salimos tras Él , a la carrera .
Nos equivocamos de nuevo . El Maestro tenía muy claro qué y cómo hacer . E hicimos bien en situarnos en un discreto segundo plano . Lo sucedido en la cadena del Hermón fue una excepción . Nosotros , ahora , debíamos hacer la más endeble o insignificante de las insinuaciones . Aun así...
Y decía que erramos en las apreciaciones porque , al llegar al cruce de caminos ubicados frente al aserraderos , el Maestro , siempre en cabeza , tomó la dirección de Paneas , olvidando el senderillo que se alejaba hacia Bet Jenn , la aldea de los Tiglat . Aquella ruta , igualmente intricada y solitaria , descendía entre los bosques en dirección suroeste . En la referida encrucijada , un poste de madera anclado en la escoria volcánica era la única señal de vida en varios kilómetros a la redonda : << Paneas . Siete millas .>> Eso , más o menos , dependiendo del Destino , significaba alrededor de hora y media de marcha . Busqué el sol y deduje que podrían ser las ocho de la mañana . Ahí terminaron mis cálculos . ¿ Quién podía ir más alla con aquel Hombre?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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