jueves, 20 de octubre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 17 de setiembre , lunes - año 25 ( 23 )

Fueron segundos . Todo ocurrió muy rápido ...
Al contemplarla posición del sol , un súbito aleteo de las aves que descansabanen lo alto de las chozas me previno . Algo las había asustado . Y varias de ellas , extendiendo y batiendo las blancas alas , se alejaron hacia el horizonte de cañas .
Acto seguido , en mitad del silencio provocado por la caída del viento , oímos un aullido desgarrador . En un primer momento , desconcertado , no supe si era humano . Procedía de algún punto cercano del cañaveral , el este del refugio.
Y las grazas y las cigueñas que aún permanecían sobre las cabañas huyeron hacia el sol.
El Aullido , ahora más cercano , se repitió por segunda vez, terminando de alertar a la totalidad del kan. Assi, de nuevo en pie , dirigió la mirada hacia una de las chozas próximas al camino de acceso al albergue . Hizo un gesto a Denario y éste , rápido como una gacela , corrió hacia el punto del que parecía proceder el triste y prolongado lamento.
Hombres y mujeres se movilizaron y , antes de que mi hermano y yo acertáramos a comprender , se dirigieron hacia la choza en cuestión , en la boca del kan . Eliseo no tardó en sumarse al agitado grupo , intentando averiguar qué sucedía .
Los aullidos arreciaron y dedije que el hombre o el animal se hallaba muy cerca de los vociferantes cuidadores y cocineras. Era extraño . Si se trataba de una fiera , ¿ por qué no habían huido ? Todos como una piña , corrieron al encuentro del responsable de los aullidos ...
En esos momentos de agitación , no sé muy bien por qué , busqué al Maestro con la mirada . Seguía sentado en el mismo lugar , con los brazos apoyados en las rodillas . Miraba fijamente las ramas depositadas en el hogar y que había tratado de encender inútilmente . Su rostro , grave y ligeramente pálido , me alertó más , si caba , que los aullidos y el tumulto . ¿ Qué sucedía ?
Los aullidos , de pronto , cesaron . Y también el vocerío .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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