lunes, 17 de octubre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 17 de setiembre , lunes - año 25 ( 12 )

Lo noté extraño . ¿ Cómo describirlo ? El Maestro parecía distante . Conversaba con nosotros , sí , pero su mirada terminaba perdiéndose en las caravanas y reatas de burros que iban y venían sin cesar por la ruta del yam . En algún momento , mi hermano y yo intercambiamos una mirada de complicidad . Después , lo confirmaríamos . Algo le sucedía . Aquél no era el expresivo , alegre y comunicativo Jesús del monte Hermón . Sólo fue una sospecha - quizá una intuición -, y como tal lo expreso : era como si el súbito contacto con la gente lo hubiera transformado , casi volatilizado . Parecía temer algo . Parecía como si el Dios que ahora lo acompañaba le hubiera mostrado , de pronto , la inmensa distancia existente entre Él y sus criaturas . Pero , como digo , sólo fue una ráfaga de luz que cruzó por mi mente . ¿ Quién sabe ?
Y su atención , al final del almuerzo, fue centrarse , casi exclusivamente , en los rostros tensos de los burreros , en sus gritos , en los pasos presurosos de los cargadores y en el polvo negro levantado por las caravanas , ahora arrastrado hacia el este por el puntual maarabit , el viento procedente del Mediterráneo . Y así permaneció largo rato , con una cierta tristeza posada en sus ojos ...
Nos sentimos impotentes . No sabíamos qué le sucedía con exactitud y , además , poco o nada podíamos hacer . Como ya dije , sólo eramos observadores .
- Prosigamos - anunció finalmente -, Dejemos que el Padre haga su trabajo ...
Esta vez fuimos nosotros los que , intencionadamente , nos quedamos rezagados . Eliseo , en efecto , lo había captado . ¿ Que sucedía ?¿ A qué se debía aquel singular cambio ? ¿ Ya no éramos sus amigos ? ¿ habíamos fallado en algo ?
Le hice ver que , probablemente como había sucedido en la jornada del 9 de setiembre en el Hermón , nosotros nada teníamos que ver con esta actitud del Maestro. Él tendría sus razones . Quizá , en algún momento , llegásemos a descubrirlas . Y así fue .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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