Su compañera , en contra de la opinión de los discípulos , había decidido esperarme . No tuve oportunidad de explicarles ... Al verme Juan estalló tachándome de << necio , inconsciente , lastre inútil y pecador entre los pecadores >> . . Le dejé vaciarse . . Y conforme remontábamos un nuevo repecho , en un estéril intento de reconciliación , admití mi debilidad al detenerma frente a la gruta , añadiendo que quizá sus palabras no hubieran merecido la aprobación del Maestro . Fui a herirle en lo más profundo , consiguiendo , justamente , el efecto contrario . Creo haberlo dicho . Juan de Zebedeo era un hombre valiente , rápido de reflejos , imaginativo , astuto , fiel , con frecuentes cambios de carácter y con un defecto que , a buen seguro , le acompañó hasta la muerte : una desmedida vanidad . Pues bien , al escuchar en mis pecadores labios la palabra << rabí >> se revolvió como un gato . Tartamudeó y , aupandose hacia mi metro y ochenta centímetros , vociferó :
- ¿ Quién eres tú para mencionar al Santo ? ... Él me amaba .... ¿ Puedes tú , griego cobarde y asustadizo , decir lo mismo ? Yo y mis hermanos fuimos ordenados en la montaña de Nahum . Somos sus embajadores . Y cuando Él aederas en la gehena ..., como ese leproso impuro ... El que peca contra su Hacedor recibe el castigo de la enfermedad ..
María trató de calmarle . Pero , ofuscado , le ordenó que se mantuviera a distancia .
- ... Mírame bien , pagano ignorante , porque tienes ante ti a un elegido del reino . ¿ Puedes hallar en mí defecto o enfermedad que me haga pecador ?
No sé de dónde saqué la paciencia . Escuché en silencio . Sin mover un músculo . Y al entender que había concluido su feroz discurso me concedí la licencia , por primera vez en nuestra aventura , de confundir su soberbia con << algo >> que hacía tiempo había descubierto en sus pies . Y señalando a la tierra , armado de la más cínica de las sonrisas , le pregunté :
- ¿ Que me dices de esas callosidades ? ¿ No son una flagrante señal de la intervención de un espíritu inmundo ?
Entre las gentes fanatizadas por las normas religiosas , hasta un simple callo era motivo de verguenza . << Yavé - proclamaban los rigoristas de la ley - castiga con enfermedades al culpable , ya sea directamente , ya por medio de los ángeles >> Un cuerpo viciado , en suma , era la señal de un alma viciosa .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- ¿ Quién eres tú para mencionar al Santo ? ... Él me amaba .... ¿ Puedes tú , griego cobarde y asustadizo , decir lo mismo ? Yo y mis hermanos fuimos ordenados en la montaña de Nahum . Somos sus embajadores . Y cuando Él aederas en la gehena ..., como ese leproso impuro ... El que peca contra su Hacedor recibe el castigo de la enfermedad ..
María trató de calmarle . Pero , ofuscado , le ordenó que se mantuviera a distancia .
- ... Mírame bien , pagano ignorante , porque tienes ante ti a un elegido del reino . ¿ Puedes hallar en mí defecto o enfermedad que me haga pecador ?
No sé de dónde saqué la paciencia . Escuché en silencio . Sin mover un músculo . Y al entender que había concluido su feroz discurso me concedí la licencia , por primera vez en nuestra aventura , de confundir su soberbia con << algo >> que hacía tiempo había descubierto en sus pies . Y señalando a la tierra , armado de la más cínica de las sonrisas , le pregunté :
- ¿ Que me dices de esas callosidades ? ¿ No son una flagrante señal de la intervención de un espíritu inmundo ?
Entre las gentes fanatizadas por las normas religiosas , hasta un simple callo era motivo de verguenza . << Yavé - proclamaban los rigoristas de la ley - castiga con enfermedades al culpable , ya sea directamente , ya por medio de los ángeles >> Un cuerpo viciado , en suma , era la señal de un alma viciosa .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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