De entre los presentes sólo reconocí a Santiago , el segundo hijo de María . Los demás , tanbién jóvenes , parecian parientes . Prudentemente continué de pie , en silencio , respetuoso con la conversación que llevaban entre manos . Al parecer - manifestó el hombre que se sentaba al lado de Santiago -, el ambiente en Nazaret se había enrarecido . No era lugar seguro para los simpatizantes y parientes del Maestro y , mucho , menos , para la madre del Resucitado.
¡ Torpe de mí ! Excitado ante la quizá irrepetible oportunidad de contemplar el hogar del Galileo apenas presté atención a la premonitaria información del desconocido : un judío , íntimo de Jesús , que vendría a proporconarme interesantes y muy secretas páginas sobre aquellos lejanos años de la adolescencia y de la juventud . Y durante algunos minutos , ajeno a la trama de la charla , me enfrasqué en una minuciosa inspección de cuanto me rodeaba .
De no haber sido por lo que representaba , la sala en cuestión hubiera pasado desapercibida . Su distribución , escasos enseres , iluminación , todo era similar a lo ya visto en otras humildes viviendas de Palestina . De acuerdo con la costumbre en los pueblos agrícolas , la pieza - de unos cuatro metros de lado - aparecia repartida en dos zonas bien diferenciadas . En la mitad izquierda , el nivel del suelo se hallaba elevado algo más de ochenta centímetros , formando una plataforma de obra . Esta elevación , como digo , ocupaba la mitad del habitáculo y era destinada a cocina y dormitorio . En su ángulo izquierdo , el albañil - muy probablemente el fallecido José - se había esperado en la construcción de un fogón de ladrillo refractario de unos cuarenta centímetros de altura que cerraba la mencionada esquina . Los << fuegos >> consistían en una plancha de hierro triangular , sólidamente empotrada en los muros , que descansaba sobre el cierre de fábrica . La leña era introducida y avivada por una abertura estrecha y rectangular practicada al pie de la pared de ladrillo . En invierno , la chapa de metal al rojo aliviaba los rigores del frío . Los humos eran expulsados mediante una chimenea , triangular como el fogón , que subía por la confluencia de las paredes , perforando el techo . Teniendo en cuenta que en la mayoría de los modestos hogares judíos los gases y humos resultantes de la combustión escapaban por donde podían , el tiro de la casa de María sí podía estimarse como un << lujo >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ Torpe de mí ! Excitado ante la quizá irrepetible oportunidad de contemplar el hogar del Galileo apenas presté atención a la premonitaria información del desconocido : un judío , íntimo de Jesús , que vendría a proporconarme interesantes y muy secretas páginas sobre aquellos lejanos años de la adolescencia y de la juventud . Y durante algunos minutos , ajeno a la trama de la charla , me enfrasqué en una minuciosa inspección de cuanto me rodeaba .
De no haber sido por lo que representaba , la sala en cuestión hubiera pasado desapercibida . Su distribución , escasos enseres , iluminación , todo era similar a lo ya visto en otras humildes viviendas de Palestina . De acuerdo con la costumbre en los pueblos agrícolas , la pieza - de unos cuatro metros de lado - aparecia repartida en dos zonas bien diferenciadas . En la mitad izquierda , el nivel del suelo se hallaba elevado algo más de ochenta centímetros , formando una plataforma de obra . Esta elevación , como digo , ocupaba la mitad del habitáculo y era destinada a cocina y dormitorio . En su ángulo izquierdo , el albañil - muy probablemente el fallecido José - se había esperado en la construcción de un fogón de ladrillo refractario de unos cuarenta centímetros de altura que cerraba la mencionada esquina . Los << fuegos >> consistían en una plancha de hierro triangular , sólidamente empotrada en los muros , que descansaba sobre el cierre de fábrica . La leña era introducida y avivada por una abertura estrecha y rectangular practicada al pie de la pared de ladrillo . En invierno , la chapa de metal al rojo aliviaba los rigores del frío . Los humos eran expulsados mediante una chimenea , triangular como el fogón , que subía por la confluencia de las paredes , perforando el techo . Teniendo en cuenta que en la mayoría de los modestos hogares judíos los gases y humos resultantes de la combustión escapaban por donde podían , el tiro de la casa de María sí podía estimarse como un << lujo >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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