Recordando la eficacia del joven Juan Marcos Ciudad Santa , a punto estuve de solicitar el auxilio , como guía , de algunos de los molzabetes . Pero , no deseando despertar tempranos contratiempos elegí caminar en solitario .
Aquella esquina de Nazaret - en el enclave más prósimo a los caminos - venia a ser , forzando la imagen , en centro industrial del poblado . Abriéndose en V y escalando la ladera se alineaban entre ocho o diez talleres , habilitados en casas de piedra de una sola planta y encalados con peor gusto que el resto de la aldea . De muy distintas dimensiones aparecían - según la costumbre - con las puertas de par en par . Y bien en el umbral , sentados al tibio sol de la mañana , o confundidos en la penumbra del interior , carpinteros , tejedores , toneleros , y entintadores se afanaban en sus menesteres , canturreando los unos , en silencio la mayoría o en interminables parloteos los otros . Sobre la desnuda tierra , al pie de los muros o colgados de las fachadas , se exhibían al público las piezas ya terminadas : mesas, bancos , camas , y arcones de todos los calibres , formas y precios ; yugos primorosamente curvados y equilibrados ; lanzas de tiro y ruedas para los carruajes ; aguijones y mangos de arados ; puertas y marcos para ventanas ; huchas y artesas para las amas de casa ; archivadores para los escribas ; sólidas vigas destinadas a la sujeción de las terrazas que coronaban las viviendas y los propios talleres y almacenes ; túnicas y mantos de vivos colores , en lana y lino , chorreando aúnel azul , el escarlata o el verde de los tintes ; camisas de niño delicadamente tejidas ; bolsas de cuero ; cestas de mimbre , alfombras y esteras trenzadas en espiral ; toneles de diferentes bocas y cubas embreadas para el transporte y almacenamiento de vino y frutos y , en fin , una interminable secuencia de platos , escudillas , cucharas y recpientes de madera.
La excepción entre los artesanos , siempre varones , la constituian los operarios de los telares . Todos eran mujeres . Las jóvenes , sentadas en el suelo , estiraban la lana , extrayéndola de grandes cestos circulares de mimbre . Otras , igualmente jóvenes , hilaban en pie , valiéndose de ruecas y husos . Sólo las ancianas tenian a su cargo la compremetida labor de tejer los primitivos telares verticales .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Aquella esquina de Nazaret - en el enclave más prósimo a los caminos - venia a ser , forzando la imagen , en centro industrial del poblado . Abriéndose en V y escalando la ladera se alineaban entre ocho o diez talleres , habilitados en casas de piedra de una sola planta y encalados con peor gusto que el resto de la aldea . De muy distintas dimensiones aparecían - según la costumbre - con las puertas de par en par . Y bien en el umbral , sentados al tibio sol de la mañana , o confundidos en la penumbra del interior , carpinteros , tejedores , toneleros , y entintadores se afanaban en sus menesteres , canturreando los unos , en silencio la mayoría o en interminables parloteos los otros . Sobre la desnuda tierra , al pie de los muros o colgados de las fachadas , se exhibían al público las piezas ya terminadas : mesas, bancos , camas , y arcones de todos los calibres , formas y precios ; yugos primorosamente curvados y equilibrados ; lanzas de tiro y ruedas para los carruajes ; aguijones y mangos de arados ; puertas y marcos para ventanas ; huchas y artesas para las amas de casa ; archivadores para los escribas ; sólidas vigas destinadas a la sujeción de las terrazas que coronaban las viviendas y los propios talleres y almacenes ; túnicas y mantos de vivos colores , en lana y lino , chorreando aúnel azul , el escarlata o el verde de los tintes ; camisas de niño delicadamente tejidas ; bolsas de cuero ; cestas de mimbre , alfombras y esteras trenzadas en espiral ; toneles de diferentes bocas y cubas embreadas para el transporte y almacenamiento de vino y frutos y , en fin , una interminable secuencia de platos , escudillas , cucharas y recpientes de madera.
La excepción entre los artesanos , siempre varones , la constituian los operarios de los telares . Todos eran mujeres . Las jóvenes , sentadas en el suelo , estiraban la lana , extrayéndola de grandes cestos circulares de mimbre . Otras , igualmente jóvenes , hilaban en pie , valiéndose de ruecas y husos . Sólo las ancianas tenian a su cargo la compremetida labor de tejer los primitivos telares verticales .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto