Al interesarme por los huesos humanos que guardaba en la urna de vidrio , sonriendo pícaramente , manifestó que él era un << auxiliador >> que trabajaba , tanto en la teoría como en la practica . Y confesó haber cocido un esqueleto completo , a fin de estudiarlo . Sus conocimientos anatómicos , sin embargo , dejaban bastante que desear . Llegó a citarme algunas vísceras y ligamentos óseos , pero confundía e identificaba los músculos con << un todo carnoso >> . El esperma humano , ante mi sorpresa , entraba de lleno en el capítulo óseo , siendo calificado de << hueso imperecedero o de luz >> Y aunque gozaba de un notable conocimiento del proceso de gestación , las propiedades del semen , como vehículo de trasmisión de la vida , eran prácticamente desconocidas . Con gran orgullo llegó a enumerarme más de cuarenta enfermedades , bien somáticas o funcionales , incluyendo malformaciones y lo que ellos entendían por enfermedades quirúrgicas . Pero donde mostró mayor locuacidad y entusiasmo fue en el relato de sus ensayos y experimentos . Aquella estancia , como sospechaba , era su << sala de operaciones >> . Allí , según confesó , había llevado a cabo toda suerte de trepanaciones , amputaciones y extirpaciones , incluyendo una cesárea . Aturdido , no me atreví a entrar en detalles . Eso sí , tímidamente , solicité su criterio acerca de la prioridad en caso de riesgo de muerte . En tal supuesto , ¿ quién debía ser salvado : la madre o el feto ? Astuto , se refugió en la norma , confirmando lo que ya sabíamos a traves del escrito Yebamot: la vida de la madre tenía preferencia . Naturalmente , su << botica >> encerraba abundantes y poderosos narcóticos , tales como las solanaceas belladona , beleño y mandrágora que , merced a su contenido de alcaloides tropánicos , le permitían anestesiar a los pacientes . El audaz rofé había saturado centenares de heridas , << refrescando previamente los bordes >>. Y tenía noticias , aunque no había llegado a semejantes << excesos >> , de la reciente apertura artificial del ano de un recién nacido . Se había atrevido , eso sí , con la introducción de sondas de fibra vegetal por la garganta y con la castración de cerdas para la ceba , deduciendo , a juzgar por los resultados en los animales , que la extirpación de la matriz en la mujer - en contra del pensamiento judío - no era causa de muerte . Según comentó , estos experimentos , como otros muchos , habían sido realizados previamente por médicos y cirujanos de Alejandría .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antinio Martinez
Autor : J.J.Benitez
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Antinio Martinez
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