Tampoco el ritual de la inmolación era usual entre las hembras de Israel . Y si alguna vez recibían autorización para << sacudir las porciones en los sacrificios o imponer las manos sobre las cabezas de las victimas >> era única y exclusivamente << para calmarlas >> . Y menos mal que el Deuteronomio expresa con claridad que las << mujeres y los niños >> debían congregarse , al igual que los hombres , frente a Yavé , para escuchar su palabra . Estos supuso la posibilidad de que entraran a las sinagogas aunque , eso sí , separadas por un enrejado o una barrera .... Incluso se llegó s construir una tribuna especial para ellas , provista de una entrada particular . Ni que decir tiene que hacer uso de la palabra en dichas sinagogas era algo << inconcebible >>. ¿ Una mujer leyendo la palabra de Dios ? Hubiera sido como imaginar a un perro profetizado ...
Sobre sus espaldas , en cambio , recaía todo el peso del trabajo en el hogar , amén de hilar , tejer o atender multitud de faenas agrícolas . Ellas eran las responsables de la diaria fabricación del pan . Debían triturar el grano en los molinos caseros , transportar la artesa con la masa fermentada y proceder a la cocción . Una labor dura que exigía una considerable fuerza y resistencia físicas . Y eran las mujeres las que , habitualmente , tenían a su cargo el cotidioano transporte del agua , cargando toda suerte de tinajas . Ellas , en fin , lavaban , cocinaban , amamantaban , vestían y aseaban a los hijos , zurcían , atendían la limpiza general de la casa , vigilaban la sagrada llama que debía arder todo el sábado , servían la mesa y el vino al marido e , incluso , estaban obligadas a lavar sus pies . La suerte de las niñas judías , en general , estaba trazada desde su nacimiento : eran educadas para servir al macho . En una primera etapa , al padre y hermanos . Después , a partir de los doce años y medio , al marido . Y como cantaban las mordaces galileas , << nunca se sabía qué era peor >>. Y hablando de las galileas , aunque estas severas e insultantes leyes y tradiciones rezaban igual para la totalidad del país , en la << patria chica >> de Jesús no todo era tan tenebroso para las féminas . En la práctica - de puertas adentro - , tanto el hombre como la mujer se dejaban guiar por el sentido común y , naturalmente por el amor . Sólo los muy ortodoxos mantenían esas diferencias , con el consiguiente rechazo y las justificadas chanzas del resto de la población . A la hora de la cotidiana e implacable realidad , la mujer - como siempre -, bien por su intuición , experiencia o buen hacer , era la que aconsejaba y acertaba .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
Sobre sus espaldas , en cambio , recaía todo el peso del trabajo en el hogar , amén de hilar , tejer o atender multitud de faenas agrícolas . Ellas eran las responsables de la diaria fabricación del pan . Debían triturar el grano en los molinos caseros , transportar la artesa con la masa fermentada y proceder a la cocción . Una labor dura que exigía una considerable fuerza y resistencia físicas . Y eran las mujeres las que , habitualmente , tenían a su cargo el cotidioano transporte del agua , cargando toda suerte de tinajas . Ellas , en fin , lavaban , cocinaban , amamantaban , vestían y aseaban a los hijos , zurcían , atendían la limpiza general de la casa , vigilaban la sagrada llama que debía arder todo el sábado , servían la mesa y el vino al marido e , incluso , estaban obligadas a lavar sus pies . La suerte de las niñas judías , en general , estaba trazada desde su nacimiento : eran educadas para servir al macho . En una primera etapa , al padre y hermanos . Después , a partir de los doce años y medio , al marido . Y como cantaban las mordaces galileas , << nunca se sabía qué era peor >>. Y hablando de las galileas , aunque estas severas e insultantes leyes y tradiciones rezaban igual para la totalidad del país , en la << patria chica >> de Jesús no todo era tan tenebroso para las féminas . En la práctica - de puertas adentro - , tanto el hombre como la mujer se dejaban guiar por el sentido común y , naturalmente por el amor . Sólo los muy ortodoxos mantenían esas diferencias , con el consiguiente rechazo y las justificadas chanzas del resto de la población . A la hora de la cotidiana e implacable realidad , la mujer - como siempre -, bien por su intuición , experiencia o buen hacer , era la que aconsejaba y acertaba .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto