Por último , las posibilidades << gastronómicas >> de las rosas - hoy practicamente desconocidas - eran enumeradas con minuciosidad , elogiando la exquisitez de la miel , postres y bebidas que de ellas podían obtenerse . En un futuro , este incomparable rollo resultaría de gran utilidad en específicos y muy << especiales >> momentos de la operación ....
El anciano retornó con una casnastilla rebosantes de rosas rojas , blancas y otras de un bellísimo color óxido . Cada una - comentó mientras las deshojaba - tiene su valor .
- Éstos - sentenció refiriéndose a los pétalos rojos -, los más fuertes , ayudan a contener un vientre << suelto >>.... Ésos - señaló a los de tonalidad blanca - tienenun efecto ...
La voz autoritaria del Zebedeo , anunciando que el agua se hallaba preparada , vino a interrumpir las cordiales explicaciones del botánico . Y concluyendo el corte de los peciolos o partes más claras de los pétalos , donde se encuentra el mayor volumen de humedad , mortero en mano se afanó en un rápido y hábil triturado de las hojas . El paso siguiente fue el filtrado del jugo , volcando la escudilla de madera sobre un grueso paño de lino . El perfumado licor quedó almacenado en un segundo recipiente de bronce , listo para el nuevo proceso . Retiró el agua del fogón y , con gran habilidad , procedió a mezclarla con el << zumo de rosas >> , hasta que el brebaje adquirió el espesor de la miel . Por último arrojó sobre la pócima trocitos de juncos olorosos , unos puñados de sales y una generosa ración de etrog ( el limón de la fiesta de los Tabernáculos ) , que contrubuyó a enfriar el remedio . Y ayudando a natanael a incorporandose le obligó a ingerirlo hasta la última gota .
Le tomó el pulso , recomendando a María que , en caso necesario , le enjugara el sudor . Y frotándose las manos con satisfacción acudió al papiro de Cratervas . Esta vez , pendiente de la evolución del discípulo , me limité a observarle a distancia . La flama que se agitaba en la mesa trasmutó en oro sus cabellos y el silencio llenó de paz el lugar . Terminada la consulta fue derecho a uno de los sombríos ángulos de la << biblioteca >> . haciéndose con un panzudo frasco de cristal . Extrajo una porción de pétalos secos y , sometiéndolos al fuego , los redujo a cenizas . Un segundo viaje a la estantería redondeó la manipulación . De una vasija de barro rescató una cucharada de grasa animal , extendiéndola con mimo sobre un pequeño plato de madera . Y las cenizas fueron a mezclarse con la fina y grasienta película . Como era de esperar , la fragancia de los pétalos se adueño la manteca . Y con el cadil en su mano izquierda y la escudilla en la derecha acudió al encuentro de Bartolomé.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
El anciano retornó con una casnastilla rebosantes de rosas rojas , blancas y otras de un bellísimo color óxido . Cada una - comentó mientras las deshojaba - tiene su valor .
- Éstos - sentenció refiriéndose a los pétalos rojos -, los más fuertes , ayudan a contener un vientre << suelto >>.... Ésos - señaló a los de tonalidad blanca - tienenun efecto ...
La voz autoritaria del Zebedeo , anunciando que el agua se hallaba preparada , vino a interrumpir las cordiales explicaciones del botánico . Y concluyendo el corte de los peciolos o partes más claras de los pétalos , donde se encuentra el mayor volumen de humedad , mortero en mano se afanó en un rápido y hábil triturado de las hojas . El paso siguiente fue el filtrado del jugo , volcando la escudilla de madera sobre un grueso paño de lino . El perfumado licor quedó almacenado en un segundo recipiente de bronce , listo para el nuevo proceso . Retiró el agua del fogón y , con gran habilidad , procedió a mezclarla con el << zumo de rosas >> , hasta que el brebaje adquirió el espesor de la miel . Por último arrojó sobre la pócima trocitos de juncos olorosos , unos puñados de sales y una generosa ración de etrog ( el limón de la fiesta de los Tabernáculos ) , que contrubuyó a enfriar el remedio . Y ayudando a natanael a incorporandose le obligó a ingerirlo hasta la última gota .
Le tomó el pulso , recomendando a María que , en caso necesario , le enjugara el sudor . Y frotándose las manos con satisfacción acudió al papiro de Cratervas . Esta vez , pendiente de la evolución del discípulo , me limité a observarle a distancia . La flama que se agitaba en la mesa trasmutó en oro sus cabellos y el silencio llenó de paz el lugar . Terminada la consulta fue derecho a uno de los sombríos ángulos de la << biblioteca >> . haciéndose con un panzudo frasco de cristal . Extrajo una porción de pétalos secos y , sometiéndolos al fuego , los redujo a cenizas . Un segundo viaje a la estantería redondeó la manipulación . De una vasija de barro rescató una cucharada de grasa animal , extendiéndola con mimo sobre un pequeño plato de madera . Y las cenizas fueron a mezclarse con la fina y grasienta película . Como era de esperar , la fragancia de los pétalos se adueño la manteca . Y con el cadil en su mano izquierda y la escudilla en la derecha acudió al encuentro de Bartolomé.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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