Y cuando llegaban a sus oídos las malidicencias o calumnias de los de siempre , sonreía o acudía a su frase favorita : << nada se mueve si no es por la voluntad de mi Padre . Incluso la lengua del áspid>>.
- Hasta tal punto es cierto decir lo que dice mi madre - subrayó Miriam - que esa misma tarde , haciendooídos sordos al venenoso comadreo del saduceo , eufórico como hacía tiempo que no le veíamos , tomó a Santiago y se dedicó a pasear por la colina . A la vuelta nos sorprendió a todos . Antes y después de la cena no dejó de cantar , al tiempo que escribía los diez mandamientos sobre dos planchas de madera pulida ...
- Correcto - exclamó la Señora , que parecía haber olvidado la pequeña anécdota -. Por cierto , ¿ qué fue de las maderas ?
La hija refrescó de nuevo la memoria de su madre , proporcionandome , de paso , una información que , en esos momentos , no alcancé a entender .
- ¡ Mamá María ..., ¿ es que no te acuerdas ? Marta les dio color y tu misma las colgastes en el taller ...
La Señora , en silencio , fue corroborando las explicaciones de la muchacha .
- ¿ Y qué fue de los << mandamientos >> ? - intervine , felicitándome ante la fascinante posibilidad de acoger entre mis manos una << obra >> escrita por el Maestro .
Miriam se encogió de hombros y , resignada , me fulminó:
- Mi Hermano , años más tarde , se encargaría de destruirlo ...
Creí no haber captado bien la última palabra . E insistí :
- Destruyó los << mandamientos >> ?
- No , Jasón : destruirlo.... , todo.
¿ Qué era << todo >> ? Confuso y contrariado solicité una explicación.
- Todo lo que había escrito , dibujadoo pintado . ¡ Todo ! Incluso la tabla de cedro , con su primera oración .
¿ Por qué ? - susurré sin poder dar crédito a lo que me anunciaban.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Hasta tal punto es cierto decir lo que dice mi madre - subrayó Miriam - que esa misma tarde , haciendooídos sordos al venenoso comadreo del saduceo , eufórico como hacía tiempo que no le veíamos , tomó a Santiago y se dedicó a pasear por la colina . A la vuelta nos sorprendió a todos . Antes y después de la cena no dejó de cantar , al tiempo que escribía los diez mandamientos sobre dos planchas de madera pulida ...
- Correcto - exclamó la Señora , que parecía haber olvidado la pequeña anécdota -. Por cierto , ¿ qué fue de las maderas ?
La hija refrescó de nuevo la memoria de su madre , proporcionandome , de paso , una información que , en esos momentos , no alcancé a entender .
- ¡ Mamá María ..., ¿ es que no te acuerdas ? Marta les dio color y tu misma las colgastes en el taller ...
La Señora , en silencio , fue corroborando las explicaciones de la muchacha .
- ¿ Y qué fue de los << mandamientos >> ? - intervine , felicitándome ante la fascinante posibilidad de acoger entre mis manos una << obra >> escrita por el Maestro .
Miriam se encogió de hombros y , resignada , me fulminó:
- Mi Hermano , años más tarde , se encargaría de destruirlo ...
Creí no haber captado bien la última palabra . E insistí :
- Destruyó los << mandamientos >> ?
- No , Jasón : destruirlo.... , todo.
¿ Qué era << todo >> ? Confuso y contrariado solicité una explicación.
- Todo lo que había escrito , dibujadoo pintado . ¡ Todo ! Incluso la tabla de cedro , con su primera oración .
¿ Por qué ? - susurré sin poder dar crédito a lo que me anunciaban.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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