Juan , abriéndose paso entre las galileas , reclamó a María y , haciendo oídos sordos a las airadas protestas , tiró de ella , prometiendo , eso sí , una próxima , pública y detallada narración de los sucesos . Y tozudo y autoritario dejó a la complacienmte Señora con la palabra en los labios , adentrándose en la aldea .
Es curioso . Aunque lo comprendí , aunque era lógico y natural que Maria seperdiera en Nazaret , al encuentro de sus seres queridos , este explorador no pudo evitar una amarga sensación de ... ? cómo explicarlo ? Quizá de desamparo . A las << puertas >> de la aldea , olvidado por el Zebedeo y por María , me vi asaltado por una punzante tristeza . Sí , al menos , la mujer hubiera vuelto el rostro y ...
Fue cuestión de segundos . Había que actuar . No podía permanecer frente a las casas y la fuente como una estatua . Y decidido a iniciar la siguiente fase de la misión interrogué a la chiquillería acerca de algún lugar donde alojarme . Al reparar en aquel extranjero larguirucho , varias de las matronas se unieron espontáneamente a la rueda de los zagales , brindándose , serviciales y encantadas , a acompañarme hasta la posada . Y entre risas , pícaros comentarios y descaradas preguntas sobre mi origen y profesión , las galileas y los muchachos me dejaron a las puertas del albergue . Mis reiteradas inclinaciones de cabeza y sinceros agradecimientos tan sólo contribuyeron a multiplicar las risas . Y rojo de verguenza me avebturé en el túnel que , como en el caso se la << posada del tuerto >> , servía de acceso al edificio . Un lugar , como era de esperar , en el que sería testigo de algún que otro << singular lance >>
Una de las ventajas de Nazaret , acorde con su configuración y humildes dimensiones , era precisamente la no existencia de distancias . Desde la fuente a la posada que me sirvió de refugio y << cuartel general >> , durante los tres días de permanencia en el lugar . no habría más cuarenta metros . Se llegaba a ella por el camino que se abria paso hacia el sur . Unos diez metros antes de alcanzar su esquina este , el sendero , disfrazado de pequeño puente de piedra , brincaba sobre un torrente de medio caudal procedente del flanco oeste del NebiSa´in y que despreocupado y transparente , saltaba , corria , o se deslizaba , fiel a la falda sur de dicho monte . Desde el puentecillo , el arroyo penetraba decidido en plena vega , surtiendo la cuidada red de acequias .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Es curioso . Aunque lo comprendí , aunque era lógico y natural que Maria seperdiera en Nazaret , al encuentro de sus seres queridos , este explorador no pudo evitar una amarga sensación de ... ? cómo explicarlo ? Quizá de desamparo . A las << puertas >> de la aldea , olvidado por el Zebedeo y por María , me vi asaltado por una punzante tristeza . Sí , al menos , la mujer hubiera vuelto el rostro y ...
Fue cuestión de segundos . Había que actuar . No podía permanecer frente a las casas y la fuente como una estatua . Y decidido a iniciar la siguiente fase de la misión interrogué a la chiquillería acerca de algún lugar donde alojarme . Al reparar en aquel extranjero larguirucho , varias de las matronas se unieron espontáneamente a la rueda de los zagales , brindándose , serviciales y encantadas , a acompañarme hasta la posada . Y entre risas , pícaros comentarios y descaradas preguntas sobre mi origen y profesión , las galileas y los muchachos me dejaron a las puertas del albergue . Mis reiteradas inclinaciones de cabeza y sinceros agradecimientos tan sólo contribuyeron a multiplicar las risas . Y rojo de verguenza me avebturé en el túnel que , como en el caso se la << posada del tuerto >> , servía de acceso al edificio . Un lugar , como era de esperar , en el que sería testigo de algún que otro << singular lance >>
Una de las ventajas de Nazaret , acorde con su configuración y humildes dimensiones , era precisamente la no existencia de distancias . Desde la fuente a la posada que me sirvió de refugio y << cuartel general >> , durante los tres días de permanencia en el lugar . no habría más cuarenta metros . Se llegaba a ella por el camino que se abria paso hacia el sur . Unos diez metros antes de alcanzar su esquina este , el sendero , disfrazado de pequeño puente de piedra , brincaba sobre un torrente de medio caudal procedente del flanco oeste del NebiSa´in y que despreocupado y transparente , saltaba , corria , o se deslizaba , fiel a la falda sur de dicho monte . Desde el puentecillo , el arroyo penetraba decidido en plena vega , surtiendo la cuidada red de acequias .
Autor : J.J.Benitez
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