Y aunque ardía en deseos de entablar conversación con aquellas gentes comprendí que no debía alterar lo programado por Caballo de Troya , Así que , adentrándome entre las casas , elegí lo que parecía una << calle >> y que , a partir de este recorrido inicial , sería bautizada por este explorador como la calle << sur >> . Nazaret carecía de calzadas propiamente dichas . Las veinte o treinta casas que daban cuerpo a la aldea , como creo haber insinuado , formaban un caótico laberinto de callejones y espacios más o menos abiertos que , en la mayoría de los casos , no conducían a ninguna parte . Pues bien , en un alarde de generosidad , podríamos decir que el humilde núcleo urbano , por puro azar , se hallaba atravesado por dos << vías >> o << calles >> . Una la que yo había tomado , discurría paralela al lado sur del ya referido << triángulo isosceles >> . La otra , partiendo del vértice , se escalonaba por el norte . Y en medio , el << corazón >> del pueblo : un amasijo de casitas blancas de estructuras cuadrangulares o cúbicas , con toscas paredes de piedra cálcarea de tres a cinco palmos de espesor y tejados planos de madera cubiertos de tierra batida . A dichas azoteas se llegaba merced a sendas escaleras exteriores , construidas a base de gruesos troncos o vigas empotrados en los muros . Muchas aparecían protegidas por una rudimentaria barandilla , también de madera . Desde las << puertas >> al límite del poblado , cada palmo era una penosa conquista a la colina . En poco más de 150 metros - longitud máxima de Nazaret - , el perfil de la ladera pasaba de los 400 metros en el lugar de la fuente a los 450 . Ello había forzado a los vecinos al levantamiento de continuos terraplenes , parapetos y muros de contención que hacían inútil cualquier intento de trazado urbano . Para colmo , la pavimentación brillaba por su ausencia . Las << calles >> , patios y callejones se hallaban alfombrados de una incómoda mezcla de tierra , cascotes , restos de vasijas rotas y ladrillos de barro desintegrado . En época de lluvias , semejante desastre tenía que constituir un serio problema para la integridad de las viviendas y de los propios habitantes . De hecho, , la casi totalidad de las casas presentaban en las puertas un alto peldaño de piedra , dispuesto para evitar que las torrenteras que podían surgir de lo alto del Nebí inundaran los hogares .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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