Hablamos sobre la peligrosidad de las epidemias , transmitidas en ocasiones por las caravanas que cruzaban el pais , por los alimentos en mal estado , las moscas y la pésima educación sanitaria de la población , que << no distingía entre el agua verde de una charca y la pura y cristalina de un pozo >>
- La gran mayoría - exageró - mueren a causa de sus propios errores y de su desconfianza hacia los << auxiliadores >>.
Quizá en este último aspecto si le asistía la razón . Durante mucho tiempo , la profesión de << sanador >> figuró entre los << oficios despreciables >> . Poco a poco , la honradez y eficacia de hombres como rofé de Caná limaron recelos y susceptibilidades , hasta el punto que , tal y como señala el Sanhedrín , 17 b , en tiempos de jesús estaba prohibido vivir en una ciudad , pueblo o comunidad donde no hubiera un << auxiliador >> . Por supuesto , esta norma jamás llegó a cumplirse al pie de la letra ...
Sin embargo , la figura del médico fue adquiriendo prestigio y , lo que era mas importante , confianza . La Ley les asignaba unos horarios , estableciendo que << un médico que trataba sin cobrar , no valía nada >> Había << auxiliadores >> destinados a lugares muy concretos , con la exclusiva misión de valorar las indemnizaciones correspondientes en caso de accidente. El ejercicio de la profesión se hallaba bastante bien regulado . Y aunque la política de << hacer la vista gorda >> ya estaba inventada , cada rofé necesitaba una autorización especial para ejercer como tal . . El caso de los << médicos >> extranjeros era aparte . Los judíos más rigoristas clamaban por su persecución y destierro . En el escrito Baba cama , 85ª puede leerse a este respecto : << Una persona no debe permitir que le trate un médico que atraviese todo el país , proveniente de tierras extrañas , pues éste no conoce lo suficiente las características del medio hambiente y las influencias climatológicas. >> No les faltaba razón pero , como en todo , entre los << sanadores >> paganos los había buenos y malos . Y la gente sencilla hacía caso omiso de la ley , siempre y cuando el extranjero demostrara que conocía el oficio .
Las << consultas >> de estos médicos , judíos o gentiles , se hallaban en los lugares más insospechados : en las plazas públicas , en los mercados , en el templo , en las posadas y en el propio domicilio del rofé .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- La gran mayoría - exageró - mueren a causa de sus propios errores y de su desconfianza hacia los << auxiliadores >>.
Quizá en este último aspecto si le asistía la razón . Durante mucho tiempo , la profesión de << sanador >> figuró entre los << oficios despreciables >> . Poco a poco , la honradez y eficacia de hombres como rofé de Caná limaron recelos y susceptibilidades , hasta el punto que , tal y como señala el Sanhedrín , 17 b , en tiempos de jesús estaba prohibido vivir en una ciudad , pueblo o comunidad donde no hubiera un << auxiliador >> . Por supuesto , esta norma jamás llegó a cumplirse al pie de la letra ...
Sin embargo , la figura del médico fue adquiriendo prestigio y , lo que era mas importante , confianza . La Ley les asignaba unos horarios , estableciendo que << un médico que trataba sin cobrar , no valía nada >> Había << auxiliadores >> destinados a lugares muy concretos , con la exclusiva misión de valorar las indemnizaciones correspondientes en caso de accidente. El ejercicio de la profesión se hallaba bastante bien regulado . Y aunque la política de << hacer la vista gorda >> ya estaba inventada , cada rofé necesitaba una autorización especial para ejercer como tal . . El caso de los << médicos >> extranjeros era aparte . Los judíos más rigoristas clamaban por su persecución y destierro . En el escrito Baba cama , 85ª puede leerse a este respecto : << Una persona no debe permitir que le trate un médico que atraviese todo el país , proveniente de tierras extrañas , pues éste no conoce lo suficiente las características del medio hambiente y las influencias climatológicas. >> No les faltaba razón pero , como en todo , entre los << sanadores >> paganos los había buenos y malos . Y la gente sencilla hacía caso omiso de la ley , siempre y cuando el extranjero demostrara que conocía el oficio .
Las << consultas >> de estos médicos , judíos o gentiles , se hallaban en los lugares más insospechados : en las plazas públicas , en los mercados , en el templo , en las posadas y en el propio domicilio del rofé .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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