Ruth , que junto con Mirian y la Señora habían formado parte del grupo de mujeres que se desplazó a Jerusalén en las jornadas de la pasión y muerte , era la pequeña de la familia . Hija póstuma , había llegado al mundo en la noche del miércoles , 17 de abril del año nueve de nuestra era . Tenía , por tanto , veintiún años recién cumplidos . Podía decirse que , tanto por su carácter como por el rojo de sus cabellos , constituía una atractiva excepción entre los ocho hermanos . Tímida , de una extremada sensibilidad y dulzura , había sido la mimada de la casa . No podemos olvidar que apareció en el hogar de Nazaret recién fallecido José y cuando el primigénito contaba quince años de edad . De su padre había heredado una profunda y reflexiva mirada . De María , su espontánea humanidad . Su hermano mayor , con el paso de los años , había sabido dulcificar su natural nerviosismo . Me atrevería a escribir que aquella pelirroja de nariz aguileña y cutis transparente , emborronado de pecas , fue una de las personas que más intensamente amó a Jesús y que más padeció con su muerte .
Incómodo por las alabanzas de Santiago - hombre poco inclinado al elogio gratuito -, sosteniendo la mirada de Jacobo, hice retroceder la conversación al punto álgido : los temores de la familia ante la división suscitada en la aldea a raiz de la ejecución de Jesús . Siempre imaginé que la tradicional liberalidad de los galileos no se vería empañada por los violentos sucesos protagonizados por el rabí y su grupo . Imaginé mal . El problema de fondo no residía en compartir o rechazar las enseñanzas de Jesús . Muchos de los vecinos respetaban el estilo del Maestro e , incluso , se habian sentido orgullosos de sus prodigios y de su fama . Pero , entre aquellas gentes las había también envidiosas y saturadas por el veneno del rencor . Desde antiguo , como narraré en breve , estos grupos minoritarios de Nazaret se habían manifestado abiertamente en contra del << rebelde y engreído hijo de José >> . Y con el discurrir de los años , a causa de muy determinados sucesos , estos individuos terminarían por intoxicar el clima del poblado , forzando al Galileo a precipitar su salida del mismo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Incómodo por las alabanzas de Santiago - hombre poco inclinado al elogio gratuito -, sosteniendo la mirada de Jacobo, hice retroceder la conversación al punto álgido : los temores de la familia ante la división suscitada en la aldea a raiz de la ejecución de Jesús . Siempre imaginé que la tradicional liberalidad de los galileos no se vería empañada por los violentos sucesos protagonizados por el rabí y su grupo . Imaginé mal . El problema de fondo no residía en compartir o rechazar las enseñanzas de Jesús . Muchos de los vecinos respetaban el estilo del Maestro e , incluso , se habian sentido orgullosos de sus prodigios y de su fama . Pero , entre aquellas gentes las había también envidiosas y saturadas por el veneno del rencor . Desde antiguo , como narraré en breve , estos grupos minoritarios de Nazaret se habían manifestado abiertamente en contra del << rebelde y engreído hijo de José >> . Y con el discurrir de los años , a causa de muy determinados sucesos , estos individuos terminarían por intoxicar el clima del poblado , forzando al Galileo a precipitar su salida del mismo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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