miércoles, 15 de febrero de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - del 5 al 9 de noviembre ( 13 )

Era inútil . Me costaba comprender sus oscuras palabras . ¿ Ejercitos ? ¿ Pronto me sería revelado ?
Como digo , no sabía de que hablaba . No puedo decir lo mismo del destino . Él si lo sabía ...
Salió del agua . Lo vi trepar por el acantilado y desaparecer en la oscuridadde lo que llamaba << cueva dos >> , a escasos metros por encima de la primera oquedad . Ascendió por los espolones con agilidad y cierta prisa . Por supuesto , ni me miró.
Las dudas regresaron . ¿ Estaba perdiendo el tiempo ? ¿ Qué hacía en aquella garganta ? Ni siquiera había tenido la oportunidad de interrogarlo . ¿ Debía volver con Abá Saúl El anciano doctor de la Ley sí merecía la pena ...
Me equivoqué , también por enésima vez .
Y durante unos segundos me distraje con la visión de la boca de la cueva dos . No había tenido ocasión de visitarla . Parecía el refugio habitual del Anunciador . ¿ Qué guardaba en su interior ? Y la tentación empezó a rondarme ...
Me contuve y fui a sentarme en la ribera izquierda , junto a la entrada de la cueva uno , la que , definitivamente , sería mi hogar durante aquellos días . Y me entretuve en abrir y limpiar las semillas del egoz , dejando que el Destino hiciera su papel . Las nueces , muy sabrosas , me hicieron olvidar , momentáneamente , a Yehohanan . De vez en cuando levantaba la vista y escrutaba la misterioa gruta dos . Silencio . Sólo se oía el remoto trinar de los pájaros en el bosque del << perfume >> y el casi mecánico zumbar de las abejas entre las cercanas flores del talud rocoso . Y reparé en la colmena de colores . Seguía a escasos metros , de pie sobre la tierra de la ribera y , aparentemente , olvidada . La había comtemplado muchas veces . Después del tiempo dedicado al estudio de estos asombrosos himenópteros . durante una de mis estancias en la nave creía reconocer la sencilla estructura interna del << barril >> que escoltaba permanentemente al hombre del taparrabo de gacela . Lo que no podía sospechar es que dicha colmena ambulante llegara a jugar un papel tan decisivo en mi relación con el de las << pupilas >> rojas...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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