Cuando la cabeza quedó libre , María pasó sus dedos alrededor del cuello del bebé , asegurándose de que aquel aparecía sin la peligrosa presencia del cordón umbilical . Feliz por el rápido desenlace , la madre de Jesús tomó aliento , limpió el sudor que resbalaba por sus mejillas e inclinándose hacie el enrojecido rostro del pequeño aspiró el material extraño que llenaba la nariz y la boca , escupiéndolo .
Aimada tambiéb por el buen parto de la cabeza , la mujer que colaboraba con la Señora comenzó a entonar uno de aquellos salmos paganos .
<< ... He sido destruida por el mal del alma y del cuerpo ...
.... noche y día paso sin tener descanso .
.... Estoy hundida en la oscuridad y el camino ... >>
María aguardó unos segundos . Tenía los ojos clavados en la recién liberada cabeza del bebé . Pero el esperado giro , casi siempre espontáneo , en el que el niño suele colocarse con los hombros en el plano sagital de la madre , no llegaba . Y la Señora , levantando la voz y la cabeza , instó a la nómada para que luchara . La parturienta , agotada , trató de obedecer . Pero aquel nuevo esfuerzo sólo sirvió para quebrar el palo que apretaba entre las mandíbulas . Y la respiración se volvió desordenada .
<< .... Estoy acabada por el dolor y por el lamento ... >>
Lo inoportuno del rezo penitencial y la tensión del momento hicieron estallar a la partera .
- ¡ Silencio ! - decretó María . Y fulminandome con la mirada ,e gritó - ; ¡ Por el buenDios , Jasón , ayúdame !
Sentí como el corazón me golpeaba en el pecho . Y apretando los puños hasta clavarme los uñas , bajé los ojos , rogando a ese mismo Dios que se apiadara de este pobre explorador .
Un nuevo gemido sacó A Maria de aquel violento paréntesis . Y templando sus nervios con una profunda inspiración se lanzó sobre el bebé , buscando la rotación de los hombros . Aquella espléndida mujer vino a maravillarme , una vez más . Sujetó la cabeza con ambas manos , aplicándole una tracción suave , pero firme . Esta maniobra , en efecto , facilitó el movimiento del hombro más anterior debajo de la sínfisis del pubis . Al poco , los hábiles tirones liberaban el referido hombro . Y la Señora suspiró , batallando por contener la hemorrajia . la nómada que le acompañaba reanudó sus cántocos , mientras la parturienta parecía estabilizar su frecuencia cardíaca y el ritmo respiratotio .
<< ... Mi infancia no la recuerdo ...
... No sé el pecado que cometí : era niña y pequé ....
.... He trasgredido el límite de mi dios ...>>
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ FELIZ AÑO NUEVO !
Aimada tambiéb por el buen parto de la cabeza , la mujer que colaboraba con la Señora comenzó a entonar uno de aquellos salmos paganos .
<< ... He sido destruida por el mal del alma y del cuerpo ...
.... noche y día paso sin tener descanso .
.... Estoy hundida en la oscuridad y el camino ... >>
María aguardó unos segundos . Tenía los ojos clavados en la recién liberada cabeza del bebé . Pero el esperado giro , casi siempre espontáneo , en el que el niño suele colocarse con los hombros en el plano sagital de la madre , no llegaba . Y la Señora , levantando la voz y la cabeza , instó a la nómada para que luchara . La parturienta , agotada , trató de obedecer . Pero aquel nuevo esfuerzo sólo sirvió para quebrar el palo que apretaba entre las mandíbulas . Y la respiración se volvió desordenada .
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Lo inoportuno del rezo penitencial y la tensión del momento hicieron estallar a la partera .
- ¡ Silencio ! - decretó María . Y fulminandome con la mirada ,e gritó - ; ¡ Por el buenDios , Jasón , ayúdame !
Sentí como el corazón me golpeaba en el pecho . Y apretando los puños hasta clavarme los uñas , bajé los ojos , rogando a ese mismo Dios que se apiadara de este pobre explorador .
Un nuevo gemido sacó A Maria de aquel violento paréntesis . Y templando sus nervios con una profunda inspiración se lanzó sobre el bebé , buscando la rotación de los hombros . Aquella espléndida mujer vino a maravillarme , una vez más . Sujetó la cabeza con ambas manos , aplicándole una tracción suave , pero firme . Esta maniobra , en efecto , facilitó el movimiento del hombro más anterior debajo de la sínfisis del pubis . Al poco , los hábiles tirones liberaban el referido hombro . Y la Señora suspiró , batallando por contener la hemorrajia . la nómada que le acompañaba reanudó sus cántocos , mientras la parturienta parecía estabilizar su frecuencia cardíaca y el ritmo respiratotio .
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... No sé el pecado que cometí : era niña y pequé ....
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Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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