sábado, 2 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 48 )

En ese breve recorrido , siguiendo otra antigua tradición , el jefe de los nómadas  solicitó mi permiso para otorgar al nuevo bástago el nombre de su << salvador >> , es decir , << Jasón >> . Acepté la ocurrencia  con una ceremoniosa y teatral complacencia , a sabiendas de que el flamante  padre me ocultaba la verdad . Aquel , en realidad , no iba a ser el auténtico nombre del pequeño , sino el llamado << segundo o falso >> nombre  . Desde la más remota antigüedad , las civilizaciones egipcias y mesopotámicas , entre otras  , atrubuían al verdadero nombre un poder especial , casi mágico . Babilonios  y egipcios , en suma , participaban del mismo principio : << el nombre de las cosas , de los animales y de los humanos forma parte de la esencia de los mismos >>. Platón y la filosofía escolástica no se hallaban muy lejos de esta singular concepción . El autor de Cratilo , como le ocurriría a Schopenhauer , fue rotundo en este sentido : << los nombres son la consecuencia de las cosas >> . Para Murashu , por tanto , si el conocimiento del << verdadero  , primero y buen nombre >> de su hijo podía ejercer un maléfico poder sobre dicha criatura  , lo natural era que tratara  de << camuflarlo >> con una segunda designación . De hecho , como decia , los equipcios  procedían así desde antiguo . Recordemos , por ejemplo , una estela de la época ptolemaica  en la que se dice lo siguiente :  << se le puso - al hijo del sacerdote - por nombre Imhotep , pero se le llamó Petubat >>.
Tentado estuve de sujerirle un nombre más hermoso que el mío - Jesús -, pero , al descubrir que lo ignoraba todo sobre el Hijo del Hombre , desistí . Esta circunstancia  - el absoluto desconocimiento de la existencia del Maestro- guardaba también su importyancia  . El hombre del siglo XX encuentra natural que la totalidad de las naciones sepa de la vida y de las enseñanzas del Galileo . En el año 30 , en cambio , las cosas eran muy diferentes  . A escepción de unos centenares de miles de israelitas y paganos , todos asentados en Palestina  y sus inmediaciones  , el resto del mundo vivió ajeno a la presencia del << gigante >> en la Tierra .
Aunque los dromedarios de Murashu podían caminar sus cuarenta kilómetros por jornada , el ritmo de la caravana  resultaba lento para nosotros . Así que , a una milla del cruce  de Lavi , nos despedimos  con un << la paz sea con vosotros >> . Los caravaneros  , asu vez , inclinando las cabezas , replicaron con un cortés << que los dioses acrecienten vuestras riquezas >>.
Respiré aliviado al distanciarnos  . La experiencia  con los nómadas había sido poco gratificante . A partir de esos momentos  , como creo haber mencionado , mi suerte cambió . Una cadena de desventuras iría acorralándome hacia lo inevitable .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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