viernes, 1 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 47 )

¿ Cómo podía pagarle ? Me arrodillé y tomando sus manos las aproximé a mis labios  , besándolas con toda la ternura de que fui capaz . Y los ojos de este abrumado explorador se humedecieron .
Es difícil explicar lo que ocurrió en aquel breve y silencioso << dialogo >> . Al penetrar en su verde y serena  mirada , la intuición me puso en guardia . La Señora - ¿ cómo hacerme comprender ? - sabía algo ... Fue una inequívoca sensación . Como si la Providencia  hubiera tenido a bien revelarle que aquel Jasón , comerciante de Tesalónica , tan profunda y extrañamente interesado en la vida de su primogénito , era << alguien >> especial . El incidente con el joven Juan Marcos , en el monte de los Olivos , no había pasado desapercibido para aquella inteligente e intuitiva mujer . Horas más tarde . las , las << circunstancias >> me demostrarían que no estaba quivocado ...
Pero el tiempo apremiaba . El encuentro con la caravana  nos había hecho perder alrededor de dos horas . Y Bartolomé , impaciente , solicito de Murashu que nos permitiera reanudar la marcha . El jeque lo comprendió . Y lamentando no poder ofrecernos  una más digna hospitalidad , nos emplazó para reunirnos con él y su familia en la Ciudad Santa durante la próxima fiesta de Pentecostés . Los discípulos aceptaron por pura cortesía  . Ni ellos ni María  imaginaban en aquella fresca mañana  del lunes , 24 de abril , que , en efecto , una semana después  se verían en la agradable obligación de emprender el camino de la Judea .
Y a una lacónica orden del jefe  , dos de los caravaneros  fueron a dpositar en mis pecadoras manos  un cordero de unas ocho semanas  y una cántara  de cuatro log ( alrededor de dos kilos ) , herméticamente  sellada  con una basta  estopa de lino . Yo sabía  que rechazar aquellos presentes  hubiera sido una grave falta de cortesía  . Así que , tras los agradecimientos  de rigor  , encomendé  la misteriosa jarra  de barro al << oso >> de Caná  . Pero , en mi confusión , al primer pataleo , el blanco recental se me escurrió a tierra , disparando las burlonas risotadas de los nómadas . Recuperado el corderillo , el convoy , lenta y pesadamente  , se puso en movimiento . Y durante un corto trayecto , Murashu y sus hombres nos escoltaron orgullosos  y complacidos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡  FELIZ AÑO NUEVO  !

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