sábado, 2 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 51 )

Por la oscura boca de acceso resonaban  las voces  y risotadas de los ocupantes de la posada  . Acostumbrados  , al parecer , a estas rutinarias  pausas del <<oso >> de Caná , María y el Zebedeo le dejaron hacer , al tiempo que ocupaban su atención en un nutrido grupo de caballos  , amarrados a una batería  de argollas que colgaban del extremo oeste  de dicho muro principal . Y bajando el tono de voz , con evidente temor , Juan vino a confirmar los recelos de la Señora  . Las monturas , en efecto , podían pertenecer a la turma romana a la que habían hecho alusión los burreros .
La presencia de la patrulla no gustó a mis acompañantes . Y aunque la treintena de soldados  que integraban la unidad se hallaba , casi con seguridad , en el interior , el Zebedeo instó a su amigo para que abreviase . El de Caná ni le miró.
Ambas posturas eran justas y comprensibles . Al generacional desprecio del pueblo judío por el invasor romano había que añadir  , en este caso , un hecho particularmente  doloroso y cercano en el tiempo : la humillante ejecución de Jesús por los legionarios de Roma . No podemos olvidar  que apenas habían transcurrido diecisiete días desde la cricifixión . Esta abrumadora realidad - hoy tamizada por los siglos - pesaba lo suyo en los ánimos  de los íntimos  del Hijo del Hombre . A pesar de la misteriosa vuelta a la vida del Maestro , ni la Señora  ni los discípulos  habían olvidado a los ejecutores . lamentablemente  , como iré narrando , las asombrosas y esperanzadoras  apariciones de Jesús  no sivieron de mucho en este sentido . Se equivocan quienes estiman que María perdonó de inmediato a los verdugos de su primogénito n. Era humano , en consecuencia , que el Zebedeo y la Señora trataran de evitar el contacto con la turma .
En cuanto al << oso >> , también se veía asistido por la razón . Compartía , por descontado , ese sentimiento de visceral rechazo hacia los romanos . No obstante  , en esos momentos  , su pierna gozaba de prioridad . Y no le faltaban motivos .
Con mansedumbre , no exenta de cierta prevención , Natanael me autorizó a que examinase aquel cuadro de venas varicosas primarias , que progresaba  en sentido descendente  en el sistema de la safena interna . estas varices , aunque no representan un problema grave  , afeaban aún más el ya poco agraciado físico del discípulo , ocasionándole una molesta sensación de pesadez y frecuentes calambres musculares . Por lo que deduje del parco interrogatório al que aceptó someterse , el trastorno era común en su familia .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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