Por la puerta central , más amplia , escapaba el vocerío de oras gentes , posibles huéspedes del albergue . Por lógica , nis compañeros de viaje tenían que haber penetrado en aquella estancia . Y hacia dirigí mis cautelos pasos .
Poco faltó para que , en mi afán por pasar desapercibido , volviera a caer en un nuevo y peligroso error . Al cruzar el patio pensé rodear el pozo por su cara izquierda , evitando así la proximidad de la soldadesca .Cuando estaba a punto de efectuar la maniobra , mis ojos fueron a cruzarse con las inquisidoras miradas de algunos de los jinetes . Rectifiqué a tiempo . Y aparentando serenidad elegí el costado derecho de la cisterna , caminando muy cerca de la patrulla . En efecto , se divertían jugando con unos dados de arcilla , en forma de pirámide de cuatro lados , popularmente conocido como teetotum. Confuso respondí al seguimiento de los soldados con una media sonrisa . Y sin atreverme a volver la cabeza me colé de rondón en una amplia estancia rectangular , regularmente iluminada por media docena de hachones que colgaban de los muros , cre`pitando y sofocando el recinto con un humo blanco y resinoso . Nacesité unos segundos para acomodarme a la semioscuridad . Mi presencia no despertó excesiva curiosidad . La gran sala , que hacía las veces de taberna , comedor y lugar de reunión , se hallaba presidida por una larga mesa , que ocupaba la casi totalidad del centro de la pieza . El extremo izquierdo del tablero - observado desde mi posición junto a la puerta de entrada - aparecía ocupado por un animado grupo de individuos que parloteaban y reía , bebiendo en medianas jarras de barro rojizo . Sobre dicha mesa se alineaban tres o cuatro lucernas de aceite y distintos cuencos y platos de arcilla y madera repletos de un pan moreno , higos y aceitunas negras . Muy próximo a las lámparas distinguí un guttu ( un recipiente , generalmente de cerámica , con forma de tetera y un afilado << pico >> , empleado para el llenado de las mencionadas lucernas o lámparas de aceite ).
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Poco faltó para que , en mi afán por pasar desapercibido , volviera a caer en un nuevo y peligroso error . Al cruzar el patio pensé rodear el pozo por su cara izquierda , evitando así la proximidad de la soldadesca .Cuando estaba a punto de efectuar la maniobra , mis ojos fueron a cruzarse con las inquisidoras miradas de algunos de los jinetes . Rectifiqué a tiempo . Y aparentando serenidad elegí el costado derecho de la cisterna , caminando muy cerca de la patrulla . En efecto , se divertían jugando con unos dados de arcilla , en forma de pirámide de cuatro lados , popularmente conocido como teetotum. Confuso respondí al seguimiento de los soldados con una media sonrisa . Y sin atreverme a volver la cabeza me colé de rondón en una amplia estancia rectangular , regularmente iluminada por media docena de hachones que colgaban de los muros , cre`pitando y sofocando el recinto con un humo blanco y resinoso . Nacesité unos segundos para acomodarme a la semioscuridad . Mi presencia no despertó excesiva curiosidad . La gran sala , que hacía las veces de taberna , comedor y lugar de reunión , se hallaba presidida por una larga mesa , que ocupaba la casi totalidad del centro de la pieza . El extremo izquierdo del tablero - observado desde mi posición junto a la puerta de entrada - aparecía ocupado por un animado grupo de individuos que parloteaban y reía , bebiendo en medianas jarras de barro rojizo . Sobre dicha mesa se alineaban tres o cuatro lucernas de aceite y distintos cuencos y platos de arcilla y madera repletos de un pan moreno , higos y aceitunas negras . Muy próximo a las lámparas distinguí un guttu ( un recipiente , generalmente de cerámica , con forma de tetera y un afilado << pico >> , empleado para el llenado de las mencionadas lucernas o lámparas de aceite ).
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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