La chusma , sin poder dar crédito a lo que presenciaba , retrocedió unos pasos , arrojando al suelo sus cayados . Y decidido a darles una lección que no olvidasen jamás , adopté una de mis acostumbradas y teatrales posturas . Levanté mis brazos como un iluminado , mostrándoles mi cuerpo . El tuerto cayó de rodillas , implorando misericordían . Y entornando los ojos , clamé con fueza a los cielos , << exigiendo el castigo divino >>. Aquélla fue una excelente ocasión para probar otro de los sistemas de defensa incorporados a la << vara de Moisés >> por los especialistas de Caballo de Troya . Sujetando el báculo por la parte superior , presioné uno de los clavos de cabeza de cobre , activando un láser de gas Y el invisible haz fue a incidir sobre el charco ocasionado por la rotura de la cántara . Fueron suficientes un par de segundos para que el líquido - conocido entre los mesopotámicos como << aceite de piedra >> - se inflamara , ardiendo con avidez . La providencial jarra , regalo de Murashu , contenía lo que en la actualidad denominamos << petroleo >> . Los orientales , aunque desconocían su refinado , lo utilizaban desde antiguo como una inmejorable fuente de iluminación ; de mejor rendimiento que los aceites de oliva o de sésamo . Muy probablemente , el costoso presente del nómada procedía de alguno de los numerosos yacimientos naturales de Baku , en lo que hoy se llama Persia .
La aparatosa pero inofensiva cortina de fuego y humo , de medio metro escaso de altura , me proporcionó el resultado apetecido . El tabernero y su gente escaparon enloquecidos o cayeron de bruces sobre el pavimento , interpretando mi acción como un signo celeste . Y quien esto escribe aprovechó la confusión para abandonar el corral . Mis penalidades , sin embargo , no habían concluido . Al final del túnel me aguardaba otro encuentro , más embarazoso que el que acababa de soportar.
Al descubrir la silueta en el centro del portón la asocié a uno de los persequidores . Seguramente retornaba a la posada . La dramática paliza no me permitió constatar , como era lógico, si parte de los huéspedes pudo salir en persecución de mis amigos . ¿ Y si los hubieran capturado ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La aparatosa pero inofensiva cortina de fuego y humo , de medio metro escaso de altura , me proporcionó el resultado apetecido . El tabernero y su gente escaparon enloquecidos o cayeron de bruces sobre el pavimento , interpretando mi acción como un signo celeste . Y quien esto escribe aprovechó la confusión para abandonar el corral . Mis penalidades , sin embargo , no habían concluido . Al final del túnel me aguardaba otro encuentro , más embarazoso que el que acababa de soportar.
Al descubrir la silueta en el centro del portón la asocié a uno de los persequidores . Seguramente retornaba a la posada . La dramática paliza no me permitió constatar , como era lógico, si parte de los huéspedes pudo salir en persecución de mis amigos . ¿ Y si los hubieran capturado ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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