lunes, 4 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 62 )

Al entrar en el patio a cielo abierto  , mis compañeros  se detuvieron . A la derecha  del pozo , justamente  en el lugar donde había permanecido la patrulla romana  , yacía el cuerpo del ladrón . La totalidad de los huéspedes y comensales  , reunida de nuevo en la taberna  , parecía haberse desentendido del cadáver . Y María  , compadecida , se encaminó a las escaleras de piedra  que conducían al piso superior  . Retiró una de las esteras  que colgaban de la barandilla , descendiendo con ella hasta el lugar donde reposaba el difunto . Y en un gesto de piedad procedió a cubrirlo . La mala suerte  quiso que , en ese instante  , una de las << burritas >> se asomara al corral . Y encarándose con la Señora  le recrimido su acción . María , indignada , no se mordió la lengua , acusando a su vez a la sirvienta  y prostituta  de hipócrita y falta de caridad . Aunque hoy pueda parecer extraño , la recien llegada  , desde la estricta  visión religiosa de la ley mosaica  , llevaba parte de razón . El contacto con un cadáverera estimado como motivo de grave impureza . Si un hombre , por ejemplo , tocaba un cadáver , contraía impureza por un total de siete días . Y si un segundo individuo tocaba al primero , aquél permanecía impuro hasta la puesta del sol . De la misma forma , un objeto que rozara o entrara en contacto con un cadáver resultaba igualmente impuro . El retorcimiento de los judíos - contra el que batalló Jesús -  llegaba a extremos inconcebibles : << si un hombre tocaba ese objeto ( que había permanecido en contacto con un cadáver ) , los siguientes objetos que pudieran ser manipulados por el hombre caían igualmente en impureza y por espacio de siete días >>.
La estera utilizada por María era propiedad de la << burrita >> . De ahí la cólera de la prostituta . Juan intercedió , buscando calmar los ánimos . Pero los ecos del altercado habían llegado al interior de la taberna y el tuerto y un puñado de huéspedes no tardaron en hacer acto de presencia , situándose del lado de la sirvienta . Aunque estas absusrdas normas religiosas  no eran tomadas muy en cuenta por los tolerantes y liberales galileos , una de las familias de peregrinos que se alojaba en la posada y que asistía a la discusión - posiblemente vecinos de la Judea - terminó enfretándose al posadero jefe , exigiéndole que se deshiciera del cadáver y que procediera a la purificación del lugar . De lo contrario - amenazaron - abandonarían el albergue sin abonar un solo << as >> .
AUtor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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