martes, 21 de junio de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 18 de mayo ( año 30 )

<< Me equivoqué , sí ... Una vez más ...
Pero Eliseo , mi entrañable compañero , supo esperar . Supo escuchar . Supo comprender . E hizo fácil lo difícil .
Como creo haber mencionado , los recuerdos , a partir de esa mañana del jueves , 18 de mayo , son confusos , Algo me transformó y dominó . Abandoné precipitadamente la Ciudad Santa y , olvidando la misión , galopé sin descanso .
<< El Maestro nos esperaba ...
>> Su amor nos cubriría ...>>
¿ Qué había sucedido en aquella larga y postrera presencia del rabí ? Mejor dicho , ¿ qué me había ocurrido ?
No era yo . No era el científico que , supuestamente , debía valorar , constratar y juzgar . Algo singular , en efecto , se instaló en mi corazón . En mi mente sólo brillaban un rostro , una frase y un guiño de complicidad ...
<<  ¡ Hasta muy pronto ! >>
Estaba decidido . Lo haríamos ..., ¡ ya ! Adelantaríamos el ansiado tercer << salto >> en el tiempo . Él nos esperaba .
Pobre Poseidón . Apenas si le concedí descanso .
La cuestión es que , bien entrada la noche , Eliseo me recibía desconcertado . Y durante un tiempo - en realidad , todo el tiempo -, atropelladamente y sin demasiado acierto , intenté dibujar lo acaecido en el piso superior de la casa de los Marcos  y en la falda del monte de las Aceitunas . Mi hermano , como digo , comprendiendo que algo no iba bien , se limitó a escuchar . Dejó que me vaciara . Después , tras una espesa pausa , señaló hacia las literas , sentenciando :
- Descansemos ... Demos a cada día su afán . Mañana decidiremos .
A que negarlo . Me sentí decepcionado . Insistí .
- Él nos espera ...
No hubo respuesta . Yo sabía de su ardiente deseo . Él como yo , había planificado la nueva aventura  con tanta precisión como cariño . Sin embargo ...
Ahora le comprendo y bendigo su templanza .
Ahí murió mi figosa templanza . El cansancio tomó entonces el relevo y se hizo el silencio . Lo último que recuerdo es a un Eliseo de espaldas , enfrascado en la revisión de los cinturones de seguridad que peinaban la solitaria cumbre del Ravid .
Sí , mañana decidiríamos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
 

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