lunes, 27 de junio de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - del 21 de mayo al 15 de junio ( 11 )

Pedro tuvo problemas . La asamblea enloqueció de alegría .
<< ¿ Cómo explicarte , Jasón ? ... Nos seniamos felices ... El miedo desapareció ... Era como volar.>>
El alborozo y la confusión se prolongaron casi media hora . Por último , haciéndose  con el control , Pedro pronunció aquellas históricas palabras :
- ¡ Hermanos , ha llegado la hora ! ... ¡ Vallamos al Templo y hablemos claro !
El lider acertó . Esta vez sí . Simón Pedro supo captar el fenómeno de la arrolladora << presencia >> . Y asociándolo con presteza al anunciado advenimiento del Espíritu puso en pie los corazones , provocando el delirio . El nuevo << jefe >> se consagraba minuto a minuto .
¿ Detenerlos  ?
Si alguien hubiera osado solicitar calma o sentido común , sencillamente , se lo habrían llevado por delante . A juzgar por los datos recogidos , el centenar largo de hombres y mujeres se transformó en un ciclón , lanzándose a las calles . Allí no había lógica  . Al menos , lógica humana .
Y coreando el nombre del Resucitado siguieron los pasos del inflamado Pedro .
Era el triunfo de un grupo que , durante cincuenta oscuros días , fue humillado , perseguido y supuestamente anulado . Lo entendí .
Los que , en cambio , no salían de su asombro eran los cientos de peregrinos y los sacerdotes que los vieron pasar . Pero nadie se atrevió a enfrentarse a semejante huracán.
Finalmente , Pedro y los suyos tomaron posesión del atrio de los Gentiles , en el concurrido Templo .
Según mis informaciones , Pedro fue directo , repitiendo , poco más o menos , lo proclamado esa mañana en el cenáculo . Quizá fueran las dos o dos y media de la tarde.
No hubo tregua . No hubo concesión .
El parlamentom fue calentando los ánimos . Simón , con una elocuencia envidiable , se centró en la gran noticia : Jesús de Nazaret , el cricificado , seguía  vivo . Muchos de los allí presentes podían dar fe . Y explicó . Dio detalles . Invocó a los que llegaron a verlo en el yam y , esa misma mañana , en las atestadas calles de Jerusalén .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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