miércoles, 22 de junio de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 19 de mayo , viernes ( 7 )

Respetuoso , respondió a mi saludo , pero en un arameo galilaico roto y descompuesto . Se alzó , extendió su mano derecha y , tras entonar un << que Dios fortalezca tu barba >> , fue a colocar dicha mano sobre el corazón . Me hallaba , en efecto , ante un badwi ( un beduino )
El anciano , que podría rondar los sesenta años , vestía una cumplida tunica  blanca ( algo similar al dishasha de los nómadas de Arabia ) , con amplias mangas recogidas por encima de los codos  . Se tocaba con un turbante ( un keffiyeh ) , también de lana  y de un blanco igualmente inmaculado . Y bajo dicho keffiyeh , desplomado sobre los estrechos hombros , un largo y estropajoso cabello teñido en un rojo rabioso.
Nos observamos con curiosidad.
El rostro , afilado , cargado de esquinas y trabajado por decenas de arrugas , presentaba unos ojos pequeños  , oscuros y arrogantes . Y al pie de aquel semblante semblante verdinegro , una perilla cana y deshilachada .
Sonrió , mostrando unas encias ulceradas y sin un solo diente  , Y aferrandose a la gran mano de plata que colgaba del cuello indicó que me aproximara y que tomara posesión de su humilde hogar.
Dudé . Ni siquiera había preguntado quién era o por que me encontraba allí . Poco a poco , conforme fuimos avanzando en el seguimiento de Jesús de Nazaret , el roce con estos numerosísimos badu - << el pueblo que habla claramente >> -  fue proporcionándonos un más completo y riguroso conocimiento de sus modos y costumbres . Y la hospitalidad , como espero tener oportunidad de relatar , era una de sus normas más sagradas . Lástima que los evangelistas no hicieran prácticamente mención de los numerosos momentos en los que el Maestro departió y convivió con los a´rab ... Pero demos tiempo al tiempo .
Al poco , en silencio , el amable anciano regresaba de la oscuridad de la choza , depositando en el suelo una escudilla de madera y un ibrig ( Una especie de jarra de piedra ) . Y ceremonioso me animó a probar.
No haberlo hecho hubiera sido un insulto . Así que , correspondiendo con idéntica teatralidad , llevé a los labios la jarra , descubriendo con placer que el modesto << aperitivo >> no era otra cosa que el raki , una suerte de << mosto >> ligeramente fermentado y sabiamente mezclado con yogur batido en zumo de frutas . A continiación , ante la atenta mirada de mi anfitrión , como dictaban las buenas costumbres , introduje tres dedos de la mano derecha en la escudilla , haciéndome con una de las delicadas y doradas tortas de pan .
Exquisita ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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