jueves, 16 de junio de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 176 )

En cuanto al asunto del ópalo , Zebedeo , tras examinarlo , movió la cabeza negativamente . Y me asusté .
- No , querido amigo - aclaró divertido - , no es falso . Todo lo contrario . Demasiado bueno para intentar canjearlo en estas corruptas y poco fiables ciudades del yam...
Y siguiendo su consejo , pospuse la operación.
Y al falicitarme algunos nombres de banqueros y cambistas de << relativa condianza >> , me advirtió de dos extremos que no debía descuidar . En primer lugar , y más importante , no mostrar en público tan tentadora joya . Mi vida podía correr grave peligro . Por último , no perder de vista la rapacidad de los mencionados traficantes .
No se equivocó ...
Y al despedirme  , el buen hombre se extrañó ante mi cálido abrazo . Pero , sin preguntar , correspondió con idéntico afecto .
Aquélla sería la última vez que lo veía ... , en aquel << ahora >> histórico .
Y hasta la marcha a Jerusalén , prevista para la madrugada del lunes , 15 , quien esto escribe permaneció aislado en lo alto del << portaaviones >> , entregado a la puesta al día de notas y recuerdos . Eliseo, por su parte , con mi esporádica colaboración , trabajó en los análisis de la sangre de la Señora y en la minuciosa revisión de lo que debería ser la última aventura en aquel año 30 : la búsqueda e investigación del << epicentro >> de la misteriosa explosión subterránea que , según los expertos de Caballo de Troya , pudo provocar el célebre terremoto del viernes , 7 de abril , poco antes de la muerte de Jesús de Nazaret.
Una operación que fue bautizada con el nombre de << Salomón >>.
Pero de estos apasionantes temas me ocuparé más adelante . Lo que resta por contar - y no es poco - tiene absoluta prioridad .
Y antes de proseguir , entiendo que debo confesar algo . Probablemente carezca de importancia . Pero también es bueno que el hipotético lector de este diario conozca puntualmente el estado de ánimo de estos exploradores en cada momento . A fin de cuentas éramos seres humanos y la situación anímica influía poderosamente en nuestro trabajo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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