Con la bolsa de hule y los treinta denarios de plata depositados en la misma regresó la risa . Pero m i ánimo se hallaba intacto . Saldríamos adelante ...
Por pura prudencia - obedeciendo los sensatos consejos de Eliseo -, el valioso ópalo blanco permaneció en la << cuna >>.
El cuanto al saco de viaje , pocas veces lo había encontrado tan ligero : algunas provisiones ( fundamentalmente frutos secos ) , agua , la habitual << farmacia >> de campaña y un par de ampolletas extras , vacias .
Tampoco la vestimenta fue alterada : túnica color hueso de lino bayal , modesto ceñidor trenzado con cuerdas egipciasy el incómodo pero imprescindible manto azul celeste confeccionado con lana de las montañas de Judea .
Y aferrándome a la << vara de Moisés >> salté a tierra , alejándome . ¿ Qué me reservaba el destino ? La respuesta fue un familiar cosquilleo en el estómago. No me inquieté . Aquella misteriosa << fuerza >> seguía allí , inundándome . Y seguro de mi mismo , disfrutando del cálido amanecer , caminé rápido al encuentro de la << via maris >> y de las puertas de la bulliciosa Tiberíades . Sí , aquella experiencia sería distinta . Lo sentía con nitidez . << Algo >> o << Alguien >> me acompañaba ...
En el límite de la conexión auditiva ( 15 000 pies ), frente a la capital del yam , me despedí definitivamente de Eliseo , confirmando la marcha hacia la segunda desembocadura del Jordán . A partir de Tiberíades , el enlace con la << cuna >> quedaba prácticamente cortado .
No tuve que aguardar mucho tiempo . Al poco me unía a una nutrida caravana de sirios que transportaba harina de cebada y cuyo destino final era Jericó , en la margen occidental del río . El capataz y jefe de los burreros aceptó de buen grado la compañía de aquel griego solitario y la suma de doce ases ( medio denario de plata ) por día de viaje . Como ya dije , muchos de los peregrinos buscaban este tipo de protección a la hora de desplazarse dentro y fuera del país .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Por pura prudencia - obedeciendo los sensatos consejos de Eliseo -, el valioso ópalo blanco permaneció en la << cuna >>.
El cuanto al saco de viaje , pocas veces lo había encontrado tan ligero : algunas provisiones ( fundamentalmente frutos secos ) , agua , la habitual << farmacia >> de campaña y un par de ampolletas extras , vacias .
Tampoco la vestimenta fue alterada : túnica color hueso de lino bayal , modesto ceñidor trenzado con cuerdas egipciasy el incómodo pero imprescindible manto azul celeste confeccionado con lana de las montañas de Judea .
Y aferrándome a la << vara de Moisés >> salté a tierra , alejándome . ¿ Qué me reservaba el destino ? La respuesta fue un familiar cosquilleo en el estómago. No me inquieté . Aquella misteriosa << fuerza >> seguía allí , inundándome . Y seguro de mi mismo , disfrutando del cálido amanecer , caminé rápido al encuentro de la << via maris >> y de las puertas de la bulliciosa Tiberíades . Sí , aquella experiencia sería distinta . Lo sentía con nitidez . << Algo >> o << Alguien >> me acompañaba ...
En el límite de la conexión auditiva ( 15 000 pies ), frente a la capital del yam , me despedí definitivamente de Eliseo , confirmando la marcha hacia la segunda desembocadura del Jordán . A partir de Tiberíades , el enlace con la << cuna >> quedaba prácticamente cortado .
No tuve que aguardar mucho tiempo . Al poco me unía a una nutrida caravana de sirios que transportaba harina de cebada y cuyo destino final era Jericó , en la margen occidental del río . El capataz y jefe de los burreros aceptó de buen grado la compañía de aquel griego solitario y la suma de doce ases ( medio denario de plata ) por día de viaje . Como ya dije , muchos de los peregrinos buscaban este tipo de protección a la hora de desplazarse dentro y fuera del país .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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