martes, 21 de junio de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 19 de mayo , viernes ( 3 )

Eliseo y yo nos miramos , estupefactos . ¿ Desde cuándo confiábamos  en el criterio y en la voluntad de Ab-ba . Lo increible es que ninguno se sintió incómodo . Todo lo contrario . Lucharíamos , sí . Eso estaba claro . Pero , a partir de un punto , si la inteligencia o las fuerzas flaqueaban , el sunto pasaría a su jurisdicción . Sí , no cabe duda . Algo habíamos aprendido del Maestro ...
Tercer problema  . Mejor dicho , doble tercer problema : la amenaza de Poncio y el irritante asunto de la escasez de fondos .
El gobernador , como anunciara el primipilus , no descansaría  hasta capturar al << poderoso mago>>
que había osado dejarle en ridiculo . La verdad es que poco podía hacer . Amén de las ya habituales y conocidas medidas personales de seguridad , sólo me reataba extremar la prudencia y confiar...
Eliseo , discreto , no deseando cargar mi ánimo , aligeró de hierro el conflicto , recordándome algo que ya sabía :
- Resistiremos ... Con el tercer << salto >> , todo eso desaparecerá .
Otra cuestión fue el enojoso dilema planteado por el ópalo . En principio , yo había perdido una primera oportunidad de canjearlo en Jerusalén . Sin embargo , contemplando las sensatas recomendaciones del anciano Zebedeo , advirtiéndome sobre las torcidas intenciones y la rapacidad de banqueros y cambistas , ya no estuve tan seguro . Es más : Eliseo se congratuló ante la aparentemente loca huida  de la Ciudad Santa  . ¿ Qué hacer entonces  con aquella valiosa gema  ? Como se recordará  , según Claudia Procla  , gobernadora  , la pieza fue tasada  en unos dos millones  de sestercios  ( algo más de trescientos treinta mil denarios - plata . Toda una fortuna ...
Podía arriesgarme  a viajar a Jerusalén con ella . Podía , incluso , negociar la venta . Pero , ¿ era aconsejable  el transporte de tan abultado y pesado cargamento de monedas hasta la << cuna >> ?
Mi hermano se negó en redondo . El sentido común le dictaba cautela . Esperaríamos .
Fue entonces , al llebar a cabo el reencuentro de las menguadas reservas existentes en la bolsa de hule , cuando aquellos exploradores , lejos de caer en un más que lógico desánimo , rompieron a reír
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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