lunes, 26 de diciembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 18 de octubre , jueves ( 5 )

Seguimos mirando . Los obreros que trabajaban en la parte superior se cruzaban en la estrecha escalera , acarreando agua , maderos y herramientas . La casi totalidad de las puertas del segundo piso aparecían abierta . Algunos niños curiosos , se asomaban al largo pasillo . Detrás se oían las voces de las matronas , atareadas en sus faenas . De muchas de las estancias , amén de gritos y canturreos , escapaba un repertorio de olores , típicos de las insulae , que delataban el << menú >> de cada familia .
Tampoco nos interesó , la visibilidad no era buena . Y el << portero >> , refunfuñando , nos condujo al último piso . Desde aquella planta si se divisaba el Ravid  . Era la más barata . En las insulae , el precio de las habitaciones disminuía con la altura .
Elegimos tres . Dos se hallaban orientadas al oeste , hacia el << portaaviones >> . La tercera hacía esquina , y proporcionaba un inmejorable panorama sobre el yam y , lo que era más importante , sobre las azoteas y parte del patio a cielo abiertode la casa del Galileo . Desde aquella tercera estancia podíamos vigilar los movimientos de la familia .
El lugar - mejor dicho , la ubicación - me pareció excelente . Había otras insulae . Era cuestión de seguir buscando . Sin embargo , despues de meditarlo , nos decidimos por la << isla >> del taqa . Así llamaban al << portero >> , porque todo lo pactaba con un apretón de manos . Taqa , además , era dueño de buena parte del inmueble , y de algunas de las tiendas de la planta baja . Comotendríamos ocasión de comprobar en días sucesivos , las otras insulae de Nahum eran muy parecidas . A saber : comodidad , lo mínimo . No importaba . Estábamos acostumbrados . Lo importante era Él . Lo vital era permanecer lo más cerca posible y durante un maximo de tiempo . Ése era nuestro trabajo .
Y la intuición me salió al encuentro . Podríamos habernos contentado con una o dos estancias . Seleccioné tres . En principio , como digo , por la estratégica situación de las mismas . Después , poco después , el Destino volvería a las andadas . Y se produciría otra sorpresa ...
Taga regateó , lloriqueó , maldijo su fortuna y , finalmente , cerró el trato . Doce denarios al mes . Consideramos que era un buen precio.
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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