lunes, 26 de diciembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 18 de octubre , jueves ( 8 )

Un laro y oscuro pasillo cruzaba el edificio de parte a parte en cada una de las plantas . A uno y otro lado se alineaban las puertas de las viviendas . En el tercer piso , quince habitaciones , con un total de diez familias . Parte del inmueble , como decía , se encontraba en obras .
Diez familias significaban otros tantos problemas ...
Nos mentalizamos .
No sabíamos por cuánto tiempo permaneceríamos en aquel lóbrego edificio . Todo dependía del Maestro ...
Y dimos la inversión por bien empleada . La visión del << portaaviones >> era perfecta . Todas las noches , según lo previsto , antes de retirarnos  a descansar , uno de los dos se ajustaría las lentes de visión nocturna e inspeccionaría lo alto del monte .
En principio seleccionamos la número 40 . Era la habitación más limpia . Allí fijamos el << cuartel general >>.
Y el resto de la mañana lo dedicamos a las compras prioritarias : << escusados de mano >> , jofainas para la limpieza diaria , esponjas  , etc. El portero se mostró feliz y encantado , y nos aconsejó dónde acudir y dónde no .Los comerciantes , a su vez , alertados por Taqa , fueron especialmente afables y serviciales . Y , como sucede también en nuestro tiempo , terminamos comprando lo que necesitábamos y lo que no necesitábamos . Las << almohadas >> de madera , por ejemplo , con una pequeña depresión en el centro - << recién llegadas del Nilo - , fueron un capricho de Eliseo . Yo , por mi parte , me empeñé en adquirir dos edredones rellenos de algodón ( algo que tampoco era necesario en el suave clima del yam ) . Nos hicimos igualmente con sendos cinturones de cuero , provistos de bolsillos interiores , muy prácticos para guardar el dinero , u desehamos las tentadoras bolsas de hule que habíamos utilizado hasta el momento .
Y hacia la hora nona ( las tres de la tarde ) me asomé de nuevo a una de las ventanas de la 41 . En la << casa de las flores >> no se registraba movimiento alguno . Nuestra visión , por supuesto , tampoco era completa . Me extrañó . Y mis ojos recorrieron los terrados y la parte del patio que se contemplaba desde la insula . ¿ Buscaba al Maestro o a ella ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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